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Actividad de Clase 14 Mujer Indígena: Su antigua y reciente lucha por derrumbar la Discriminación

Actividad de Clase 14 Mujer Indígena: Su antigua y reciente lucha por derrumbar la Discriminación

por Katherine Gómez Parra
Artículo publicado el 13/06/2007

 

 Introducción:
“Mujer, pendiente del hogar, madre al cuidado de sus hijos… Una perfecta dueña de casa”. Los estereotipos de género se dejan ver diariamente en muchas situaciones de la vida diaria. Antiguamente era mucho más difícil y complejo que una mujer optara por la educación o por desempeñarse políticamente en una sociedad, más aún inimaginable si esta pertenecía a una etnia indígena.

Gracias a los permanentes cambios culturales esta condición a variado en gran medida. Por supuesto el camino a sido difícil y la lucha agotadora, pero se puede afirmar fehacientemente que en las últimas cinco décadas el rol y desempeño femenino en la sociedad ha sido mucho más notorio y su avance significativo, y no solamente manteniendo un hogar o criando hijos, sino mejor aún, tomando importantes posiciones de status social e integrándose cada vez más a las actividades que antiguamente eran propias de los hombres.
El aspecto más notorio y digno de reconocer es que muchas de estas mujeres llevan en sus venas sangre indígena, característica que hacía aún más difícil la tarea.

A lo largo de la historia la mujer siempre se ha visto sometida a la lucha por superar la exclusión, la desigualdad ante los hombres y también por integrar plenamente la sociedad y la política.

El texto “Mujer Indígena en América Latina y Política Local” de Guillermo Davinson y Edith Calderón nos relata variadas historias y ejemplos de mujeres indígenas que han debido vencer muchos obstáculos para lograr sus metas.

Todas estas historias son distintas y dan diferentes testimonios del sufrimiento y la lucha de las mujeres indígenas por ser escuchadas, pero todas tienen una característica en común, y es que todas ellas tuvieron el mismo enfrentamiento y las mismas limitaciones para lograr participar políticamente en una sociedad.

Ramona Giménez es una mujer Pilagá de la comunidad Qompí, Pozo del Tigre de la Provincia de Formosa (Argentina), datos que nos entregan los compiladores en el libro antes mencionado. La historia de esta mujer se parece en muchos aspectos a las demás que relata el texto, pero e querido referirme a ella por varias situaciones de su vida que me parecen relevantes. Ramona debió superar muchos obstáculos para llegar a ser escuchada y lograr liderar tal como lo hizo su padre.

Como muy pocas mujeres indígenas en muchos países, Ramona Jiménez enfrentó la difícil tarea de estudiar entre blancos, con el deseo de conseguir educación, experiencia que por cierto marcó de forma muy poco agradable su vida, pues al ser indígena se vio expuesta a la dura discriminación que los blancos daban a niños de su raza.

Fuera del aula era muy feo también porque te miraban y te decían que sos un indio, indio sucio o indio piojoso, es algo muy feo”
(Davinson y Calderón, 2004: 16).

El rechazo hacia las personas indígenas a existido siempre. Para Ramona Giménez lo que sucedía en su escuela le provocaba un sentimiento de frustración, llegando al límite de sentir el deseo de ser como ellos, de ser como los blancos.

Por supuesto la lucha por la aceptación no fue su única dificultad, también debió aprender el castellano para poder entender lo que se enseñaba, ya que no existían para ellos ninguna ventaja en cuanto a que se les pudiera enseñar en su idioma. No era un colegio bilingüe ni mucho menos existían profesores que les enseñaran en su lengua de origen. La tarea de aprender el castellano era de ellos y la única forma era observando a los blancos.

Sin embargo, con perseverancia e intentando cada día llegar más lejos, Ramona logró romper todas estas barreras y poco a poco fue abriéndose un camino hacia sus objetivos finales.

Evidentemente, y como en muchas situaciones de la vida diaria, no todos los blancos dedican su tiempo a excluir a los indígenas, tal como ella lo reconoce, pero también está muy claro que son muy pocas las personas que toleran el liderazgo de individuos que no sean de su raza. Y esto no sólo ocurre en política, algo que es aún más lamentable se da también en religión.

Un aspecto que me parece digno de destacar y al cual estoy dispuesta a dedicar buenas líneas de este ensayo es la visión que esta mujer tiene de Dios y de una religión en la cual deposita por completo su fe.

“Yo pertenezco a la Iglesia Cuadrangular (de filiación pentecostal). Mi padre no asistía a la iglesia, pero sí era creyente, creía que existía un Dios… Cuando empecé a recibir la Palabra yo sentí que mi vida cambió. Yo empecé a hablarle a la gente y sentía que tenía ese don de ser líder de una iglesia…”
(Davinson y Calderón, 2004: 17).

Ramona llegó a ser pastora de su iglesia, trabando y enseñándoles de Dios a mujeres como ella, guiada plenamente por su espíritu de liderazgo. Sin embargo, sus aspiraciones no eran netamente religiosas, por lo que su optó por dejar el ministerio en su iglesia para poder avanzar en materia de política.

Esto claramente evidencia que religión y política son dos lados opuestos imposibles de juntar o mezclar.

“…Por eso yo salí de la iglesia, pero siempre creyendo en Dios, soy muy creyente. Lo que yo estoy haciendo siempre va a la par mía la palabra de Dios. Cada cosa que hago es como que está enfrente mío la Biblia…”
(Davinson y Calderón, 2004: 17).

Su decisión de dejar la iglesia le permitió seguir escalando hacia donde sus sueños se dirigían: La Política. Claramente las limitaciones existirían, el principal obstáculo: ser mujer, y el segundo: indígena.

La política que esta mujer realizó iba en directa relación al trabajo con su comunidad, con su gente, enseñando a muchos niños y niñas que probablemente estarán enfrentando las mismas frustraciones que ella debió aceptar, los mismos sentimientos que la hicieron querer llegar a ser como los blancos. Eso era para ella la política, hacer el bien común para la gente y para su propia comunidad.

Naturalmente en muchas situaciones fue vista con inferioridad ante los blancos, pero eso no significó para ella un motivo por el cual salirse de la pista, al contrario, a lo largo del relato de su historia, Ramona habla con bastante tolerancia acerca de la insensatez de los estas personas, después de todo estamos conscientes de que las mujeres, sean indígenas o no, tienen las mismas o mejores cualidades para trabajar en una sociedad en constante desarrollo que los hombres.

Y esto no es sólo una ocurrencia. Miles de mujeres a nivel mundial han logrado status sociales y políticos preponderantes en nuestros días.

Ciertamente las mujeres han debido cruzar atrevidos riesgos para alcanzar sus sueños. Desde el derecho a voto, como uno de los primeros intentos de la mujer por integrarse políticamente en sus naciones, hasta nuestros días en que existen mujeres ocupando importantes roles, no sólo en sus hogares, sino también en la política internacional.

Los tiempos en que se pensaba que la mujer sólo servía para criar hijos y para mantener en orden una casa ya pasaron.

Es tiempo de que nos demos cuenta de que las mujeres somos tan o mas capaces e independientes que los hombres. Se ha logrado una integración femenina, pero es sabido que para muchos resulta casi imposible “aceptar” las condiciones que una mujer posee para desempeñarse exitosamente en ámbitos laborales, políticos, culturales, etc.

Casos como los de Ramona Giménez demuestran con hechos que la actuación de la mujer en nuestros días no está pasando desapercibida, pues el empeño que ella dedicó por integrarse políticamente en una sociedad que la discriminaba por ser indígena y mujer, evidencian que no es imposible para una mujer compartir su tiempo entre el trabajo y la familia, realidad que cada día es más común en el mundo.

Lo más importante es que se ha logrado vencer ciertos estereotipos con respecto al género femenino. Ya no resulta asombrante ver a una mujer dirigiendo un juicio, vigilando calles, educando, realizando operaciones quirúrgicas, dirigiendo empresas, y aún más, ocupando importantes puestos en la organización política de un país.

Los días en que se creía que la mujer era incapaz de superarse han terminado, las condiciones de educación actual han dejado atrás las barreras para las mujeres y han abierto un mundo de posibilidades para que cada día exista un nombre femenino reconocido en la sociedad.

De logros como estos y como el de Ramona Jiménez, todos deben sentirse orgullosos, no sólo las mujeres, pues ello significa que nuestra cultura está evolucionando favorablemente, pues ya nadie depende de nadie, sino únicamente de su esfuerzo y superación personal.

Sabemos que aún falta para que el trabajo de una mujer sea reconocido a nivel mundial, ya que aún existen muchos que siguen vendados por los argumentos del machismo, pero ante todo el mundo hay pruebas claras de las capacidades femeninas, y probablemente no falta mucho para que el sueño de muchas mujeres, (indígenas y no indígenas) sea hecho realidad sin ningún temor al rechazo, pues en estos días las cosas están en nuestro favor, y claramente no existen imposibles ni obstáculos que no se puedan vencer.

Fuentes Bibliográficas: Davinson, Guillermo y Edith Calderón, (2004) Las Mujeres Indígenas en América Latina y Política local. UCT, CUSO y Fundación MacArthur. Temuco: Paginas.

 

Responde:

 

a.    ¿Cuál es el rol de la mujer en la división del trabajo?

b.    Según el relato, ¿manifiesta algún tipo de discriminación y segregación?  Si tu respuesta es afirmativa cita las situaciones que hacen referencia a dicha situación. Si tu respuesta es negativa, fundamenta la misma.

c.     ¿Qué similitudes y diferencias encuentras con las mujeres de la sociedad en que vives?

d.    Realiza una pequeña reflexión personal