“Si los pueblos no
se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo
entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.”
[Prólogo del libro El contrato social de Rousseau, traducido por Mariano
Moreno en 1810.]