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Trabajo Práctico 10 – “Producción Industrial”

Trabajo Práctico 10 – “Producción Industrial”

Actividades de comprensión lectora

  1. Ubica en un mapa de América las ciudades y países donde se establecen las principales áreas industriales (pueden utilizar como guía el mapa de la página 178)
  2. Completa el cuadro con las características del sector industrial

 

 

Características

 

América Anglosajona

 

 

América Latina

 

 

  1. 3. Resuelve

a.    Define: Fordismo y Postfordismo:

b.    ¿Cuáles fueron los cambios ocurridos en las tres revoluciones industriales?

c.    Enumera los factores para la localización industrial

 

d.    ¿Qué causas provocaron la deslocalización industrial y el proceso de desindustrialización?

  1. 4. Lee los textos y resuelve

 

 

a.    ¿Por qué decide la empresa su traslado a Brasil?

b.    ¿Qué condiciones reclama para instalarse en ese país?

c.    ¿Cuáles son los beneficios que espera Brasil?

 

 

  d.   ¿Por qué se nombra a Detroit como el “Titanic del capitalismo”?

  e.  ¿Cuál era la situación de la ciudad en las primeras décadas del siglo XX?

  f.  ¿Qué cambió a partir de la década de 1990?

  g. ¿Qué causas y consecuencias identificas?

Información para realizar las actividades

La producción industrial comprende un conjunto amplio de actividades orientadas hacia la elaboración de distintos bienes materiales. Estas formas de producción han experimentado transformaciones desde su surgimiento hace más de tres siglos y a lo largo de etapas. En América, el desarrollo de las actividades industriales presenta variaciones entre los distintos países y regiones.

Producción Industrial (Libro de Texto)

La producción industrial comprende un conjunto amplio de actividades orientadas hacia la elaboración de distintos bienes materiales. Estas formas de producción han experimentado transformaciones desde su surgimiento hace más de tres siglos y a lo largo de etapas. En América, el desarrollo de las actividades industriales presenta variaciones entre los distintos países y regiones.

La industria: sus aspectos más relevantes

En América, como en otros continentes, la actividad industrial tiene características en común que la diferencian de otras. Los bienes producidos por la industria incluyen desde productos de uso cotidiano, como alimentos, indumentaria, electrodomésticos, computadoras, hasta otros menos frecuentes de encontrar en la vida diaria como maquinaria o productos químicos. Lo distintivo de la producción industrial es la elaboración de estos productos en grandes cantidades y la utilización, para ello, del trabajo humano (destreza física y conocimiento) acompañado de distintos tipos de maquinaria y tecnología. En general, los elementos básicos para la producción industrial son:

Materias primas. Elementos que son transformados en el proceso industrial para obtener otros (por ejemplo, el algodón constituye la materia prima para elaborar productos textiles).

Mano de obra. Conjunto de trabajadores empleados para desarrollar distintas tareas (manejo de maquinaria, gestión, diseño de productos, etcétera).

Fuentes de energía. Los bienes energéticos como la electricidad o los combustibles fósiles (petróleo, carbón) son los empleados con más frecuencia para poner en funcionamiento el conjunto de la maquinaria utilizada para la producción.

Capital. Incluye los recursos de tipo económico para adquirir maquinaria y materias primas, para contratar servicios o para pagar los salarios de los trabajadores.

Servicios a la producción. Los conforman un conjunto amplio de servicios que las empresas adquieren para complementar las tareas de producción concretas. Estos servicios incluyen: transporte, limpieza de instalaciones, publicidad, seguridad, etcétera.

Consumidores. Son los destinatarios de la producción, es decir, quienes harán uso de los bienes producidos. Incluyen a aquellos que consumen directamente el producto y a quienes lo utilizan para otros procesos de transformación industrial.

Surgimiento y cambios de la producción industrial

Las actividades industriales han cambiado a lo largo del tiempo. Comúnmente se distinguen tres momentos de cambio llamados revoluciones:

Primera Revolución Industrial. Ocurrida a mediados del siglo XVIII, sobre todo en Inglaterra, implicó la utilización del vapor desagua como fuente de energía para las maquinarias industriales y el ferrocarril.

Segunda Revolución Industrial. En las últimas décadas del siglo xix, nuevas ramas de la industria adquirieron peso, entre ellas, las producciones metalúrgica, siderúrgica, química y automotriz. En ese momento también cambiaron las fuentes de energía: el petróleo pasó a ser decisivo para el transporte (por ejemplo, el automotor y el aéreo). Su utilización demandó el surgimiento de nuevas ramas industriales, como la petroquímica. Esta etapa se difundió en los países más desarrollados.

Tercera Revolución Industrial. El último momento de cambios significativos en la producción industrial tiene lugar a fines del siglo xx, vinculado con las tecnologías de la información y las comunicaciones. Nuevas industrias como la electrónica, acompañada de la informática y las telecomunicaciones, harán posible no solo la generación de nuevos bienes (como computadoras, teléfonos celulares, etc.) sino también nuevas formas de organización industrial marcadas por la instantaneidad que permiten dichas tecnologías. Esta etapa consolida la actividad industrial en los países más desarrollados y también se difunde en numerosos países del este de Asia, como China y Corea del Sur.

En América Anglosajona, Estados Unidos y Canadá forman parte del grupo de países más industrializados. En América Latina las actividades industriales comenzaron a tener peso desde mediados del siglo xx, aproximadamente, y en unos países más que en otros.

Fordismo y postfordismo

A partir de la Segunda Revolución Industrial se fue conformando un modelo de producción industrial conocido como Fordismo. Su nombre remite a su origen, ya que se inició en la empresa que Henry Ford creó para la fabricación de automóviles, en Estados Unidos. Esta forma de organización de la industria (rápidamente adoptada por distintas ramas industriales) tenía las siguientes características.

El Fordismo implicó la producción de bienes poco diferenciados (poca variedad), en grandes cantidades y a precios accesibles. La fuente de ganancias, para las empresas, radicaba en la comercialización de grandes cantidades. Para los consumidores (en su mayoría trabajadores industriales), su adquisición era posible debido a los precios accesibles de los productos.

Este modelo persistió de manera dominante hasta la década de 1970. Para ese momento la producción industrial comenzó a orientarse a la elaboración de productos más diversos, en respuesta a distintos requerimientos de los consumidores. La estrategia cambia y las ganancias se obtienen de la producción de menos productos pero con un precio más elevado. La incorporación de tecnología más sofisticada (automatizada) que reemplaza el trabajo humano será característica de esta nueva forma de producción que requiere menos trabajadores, pero con mayor nivel de calificación. Este modelo se conoce con el hombre de postfordismo.

Si bien cada uno de estos modelos de producción se asocia con un momento histórico específico, en la actualidad ambos coexisten; es decir, el modelo posfordista no ha reemplazado completamente al fordista.

 

 

 

La industria en el norte del continente

América Anglosajona se destaca por la variedad y alto nivel tecnológico de sus industrias, desde las alimentarias hasta las de maquinarias e informática. El proceso de desarrollo de la industria en América comienza en Estados Unidos. Allí, rápidamente fueron implementados los adelantos de la Primera y Segunda Revolución Industrial. La expansión del transporte ferroviario colaboró en la distribución de las materias primas hacia los primeros centros industriales, y de los bienes manufacturados a los distintos centros poblados del país.

En un comienzo, las industrias se concentraron en el área nordeste (entre los Grandes Lagos y la costa atlántica), conformando hasta hoy una de las principales zonas industriales del mundo. Esta área conocida como cinturón industrial (manufacturan belt), se ha caracterizado no solo por la variedad y cantidad de industrias sino por ser durante mucho tiempo asiento de las empresas automotrices más emblemáticas; allí no solo se desarrollaron y concentraron importantes plantas de producción sino que también se diseñó el modelo fordista de producción. Otras zonas industriales destacadas en Estados Unidos se encuentran en el sur y en el oeste. Por ejemplo, la industria cinematográfica, con centro en Los Ángeles, California, representa una de las principales fuentes de recursos para el país.

La principal zona industrial de Canadá también está localizada alrededor de los Grandes Lagos y en e] oeste, a lo largo de la frontera con Estados Unidos.

Transformaciones recientes

El crecimiento de la producción industrial en Estados Unidos traspasó progresivamente las fronteras nacionales, y muchas de las empresas de relevancia mundial que tienen presencia en varios lugares del planeta son originarias de este país. Como ya leíste, la relocalización de grandes empresas multinacionales por el mundo es una característica de la globalización.

 Otro de los aspectos que en las últimas décadas han marcado el panorama industrial en América Anglosajona ha sido el desarrollo tecnológico. Así, a las industrias tradicionales se les han sumado otras que producen tecnología de punta, como las que se localizan en el oeste de Estados Unidos (especialmente en el llamado Valle del Silicio o Silicon Valley). Allí se concentra no solo este tipo de producción sino las actividades de investigación que dan lugar a continuas innovaciones con vistas a ser aplicadas a estas nuevas industrias. Además, se destaca como zona dedicada a la industria electrónica, las telecomunicaciones y la innovación tecnológica, la que se encuentra en el noroeste de Estados Unidos y el sudoeste de Canadá, con centro en las ciudades de Seattle y Vancouver, respectivamente.

Pero la industria estadounidense también estuvo afectada por crisis económicas que repercutieron en forma negativa en la producción. La crisis de 2008 (iniciada en este país pero de repercusión mundial) ha profundizado procesos de cierre de industrias. Por ejemplo, los grandes centros de producción automotriz experimentaron el cierre de plantas industriales acompañado de la emigración de su población por falta de oportunidades laborales. Aquella zona conocida como cinturón manufacturero ahora es llamada el cinturón oxidado o herrumbrado (rustbelt), en función del fin de varias industrias que tenían al hierro como una materia prima central.

La industria en América Latina

La actividad industrial en América Latina tiene poco menos de un siglo de historia. Se inicia con las industrias vinculadas con el procesamiento de materias primas de origen agropecuario. Hacia mediados del siglo xx tomó impulso, en algunos países, como parte de una etapa de sustitución de importaciones. Luego de décadas de estancamiento e inclusive de crisis industrial, la globalización presenta un desafío a los Estados latinoamericanos, que deben impulsar con mayor fuerza sus industrias.

Sus orígenes

El proceso de crecimiento de la industria en América Latina comienza en las primeras décadas del siglo xx. Previamente, en la región predominaban la producción agropecuaria y las actividades extractivas (como la minería), orientadas a la exportación. Latinoamérica, por otro lado, importaba los diferentes productos industriales desde Europa y Estados Unidos, lugares que experimentaban un crecimiento industrial.

Este panorama cambia con la crisis económica de 1929 (el crack del 29) y su impacto mundial. Los países industriales que obtenían materias primas de América Latina dejaron de hacerlo debido a las dificultades económicas por las que atravesaban. Sin los ingresos por exportación, era difícil para los países latinoamericanos adquirir productos industriales. Este fue uno de los motivos por los cuales algunos países de la región comenzaron a intentar desarrollar sus propias industrias. Las incipientes industrias nacionales sustituían la importación de bienes y-por eso en este momento se inaugura un período conocido como de industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Otro suceso posterior, la Segunda Guerra Mundial, también provocó una disminución en los bienes industriales disponibles (ya que los países industriales eran los que participaban de este conflicto bélico). Esto también incentivó la producción industrial local en América Latina.

Las primeras ramas que se desarrollaron fueron la alimentaria y la textil; luego, algunos países incorporaron industrias más complejas que requerían mayores inversiones y desarrollo tecnológico, como la industria siderúrgica, la automotriz y la petroquímica. También creció la elaboración de bienes durables (todo tipo de electrodomésticos) y la de bienes de producción (maquinarias y herramientas, muchas de ellas empleadas en las industrias de reciente creación).

Este proceso de industrialización no fue igual para toda la región. Brasil, México y la Argentina se destacaron como aquellos países donde el impulso de la industria ha sido más notable y donde se desarrolló una producción de mayor complejidad.

El período de crecimiento de las industrias latinoamericanas implicó la creación de empresas estatales (gestionadas por los Estados nacionales) vinculadas a distintas producciones. Ejemplos de ello son las empresas argentinas YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) y SOMISA (Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina), dedicada a la producción metalúrgica.

Este período de industrialización se extendió hasta la década de 1970. El fin de la etapa de industrialización por sustitución de importaciones estuvo marcado por una serie de cambios. Entre ellos, podemos mencionar: la apertura a la importación de productos industriales que competían fuertemente con la producción nacional; la reducción de personal empleado en las empresas industriales (debido a la utilización más intensa de maquinaria) y las dificultades de los gobiernos para controlar el accionar de las grandes empresas multinacionales con presencia en estos países.

En la actualidad, en promedio, la industria emplea al 20% de la población activa en América Latina y se observa una mejoría en los niveles de producción y el empleo. Esta situación varía considerando la experiencia de industrialización de cada país de la región.

La distribución territorial

En el mapa de la página 178 se han identificado las principales áreas industriales en Latinoamérica. Se observa claramente que estas se encuentran en las zonas urbanas más importantes de México, Brasil y la Argentina.

En México las áreas industriales se han localizado en el centro del país, sobre todo en tomo a la capital nacional, Ciudad de México, y a Monterrey; otro sector donde se han expandido es en el norte, en la zona fronteriza con Estados Unidos.

Las zonas con mayor cantidad de industrias en Brasil se concentran en el sudeste del país, donde la ciudad de San Pablo ha sido históricamente la de mayor desarrollo industrial. Otras áreas del centro y el nordeste brasileño (como Belo Horizonte, Recife y Salvador) también cuentan con una importante presencia de industrias y de promoción de parques industriales.

En la Argentina, la Región Metropolitana de Buenos Aires y las ciudades de Rosario y Córdoba se han perfilado como los centros industriales históricos del país. Otros centros, como Río Grande en Tierra del Fuego, presentan un desarrollo industrial más reciente vinculado a políticas estatales de promoción industrial.

Ramas Industriales destacadas

Teniendo en cuenta el agrupamiento de actividades por tipo de producto (ramas) es posible observar que el sector industrial latinoamericano se destaca por las siguientes características.

Todos los países han desarrollado algún tipo de industria de alimentos y bebidas, y también textil. Por eso estas ramas tienen una distribución amplia en la región (aun en aquellos países que carecen de una importante tradición industrial).

Otras más complejas, como las industrias de maquinaria y las siderúrgicas, metalúrgica y automotriz, se localizan principalmente en los tres países más industrializados (México, Brasil y la Argentina), pero también en otros como Chile y Colombia.

Hay otras ramas de la industria que tienen una localización más puntual; la electrónica, por ejemplo, se encuentra principalmente en Brasil. y la Argentina. Venezuela y México, donde se destaca la extracción de hidrocarburos, poseen industrias orientadas al procesamiento de estos recursos, como las petroquímicas.

Las políticas industriales

Muchas veces desde el Estado se toman algunas decisiones para estimular el crecimiento industrial. Esto es lo que sucedió en América Latina durante el período de industrialización por sustitución de importaciones. En contraposición, otras medidas de gobierno pueden desalentar el desarrollo industrial, como aconteció a partir de la década de 1970 en la región. En esa época los gobiernos aplicaron medidas para favorecer la importación de bienes manufacturados, que, al tener precios más bajos, desplazaron del mercado interno a los productos de industria nacional.

También los Estados buscan atraer la radicación de industrias a su territorio. Dada la repercusión que puede tener la industria en la economía en general (porque necesita la presencia de otras actividades económicas y servicios), muchos países (e incluso provincias y ciudades) están interesados en contar con industrias en sus jurisdicciones. Ellas podrían estimular el surgimiento de otras actividades económicas y generar empleo. Por este motivo muchas veces se decide la creación de parques industriales: áreas destinadas a la concentración de industrias que cuentan con servicios básicos para su funcionamiento y que, en ocasiones, tienen ventajas como la exención de impuestos.

A veces, la radicación de fábricas se ve favorecida por acuerdos internacionales, como ocurre en la frontera de México con Estados Unidos, donde se encuentran las industrias maquiladoras, como parte de acuerdos comerciales entre los dos países.

Transformaciones en la localización industrial

Las empresas industriales tienen en cuenta varios elementos en el momento de decidir su localización. Pero estos factores que explican su ubicación cambian a lo largo del tiempo en la medida en que surgen nuevas formas de organización de la producción, nuevas tecnologías de la producción y comunicación y se produce un abaratamiento de los costos de transporte.

Factores que explican los cambios

Históricamente, las empresas se han localizado en los lugares que cuentan con una o varias de las siguientes características:

 La cercanía a las materias primas y las fuentes de energía permite disminuir los costos de transporte de estos dos elementos esenciales en la producción. Esto explica, por ejemplo, la radicación de la industria siderúrgica en el nordeste de Estados Unidos, donde también existen yacimientos de hierro, o las refinerías de petróleo en Venezuela, cercanas a los lugares donde este producto se extrae.

 La conexión con vías de transporte. La cercanía a puertos o importantes vías de comunicación facilita la llegada de materias primas y la distribución de la producción. Este factor se ha vuelto clave para el comercio internacional, y explica que buena parte de las áreas industriales del continente americano coincidan o se encuentren cercanas a importantes puertos.

La disponibilidad de mano de obra. La industria en sus comienzos demandó una cantidad numerosa de trabajadores. Por eso los ámbitos urbanos concentraron actividades industriales y recibieron importantes cantidades de migrantes, como ocurrió en las grandes metrópolis industriales del continente americano.

La proximidad de los consumidores Este factor disminuye los costos de transporte de los productos ya elaborados, pero además, es clave para aquellas empresas que generan productos que no resisten tiempos prolongados de transporte o almacenamiento (por ejemplo, los productos alimenticios perecederos).

La cercanía a otras industrias y servidos. La aglomeración de varias empresas complementarias en un área limitada facilita la vinculación entre estas y disminuye los costos de transporte. Por ejemplo, la cercanía entre una fábrica automotriz y otra de producción de neumáticos resulta ventajosa para ambas.

Legislaciones favorables. La existencia de leyes, como aquellas que eximen de impuestos a las empresas industriales, suelen explicar la radicación de plañías de producción en determinados países o ciudades. Con estas medidas las empresas pueden ahorrar costos.

Del establecimiento único a la distribución mundial

Tradicionalmente, las industrias concentraban todas las tareas necesarias para la elaboración de un producto en una sola planta industrial. Esto fue característico de las formas de producción, fordista. Esta situación cambia hacia las últimas décadas del siglo xx. A partir de ese momento, el abaratamiento de los costos de transporte y las posibilidades de vinculación instantánea que brindan las nuevas tecnologías de comunicación permiten que algunas empresas operen en “todo el mundo” a través de sus filiales. Ellas distribuyen distintas actividades del proceso de producción en diferentes lugares (incluso muy distantes entre sí) en función de las ventajas que presente, cada uno. Estas formas de organización espacial- de la producción industrial van a coincidir con el desarrollo del modelo de producción posfordista.

Desafíos industriales en América y en el mundo

Si bien el desarrollo industrial presenta diferencias entre América Anglosajona y América Latina, en la etapa de globalización ambas regiones comparten desafíos. Tanto en una como en la otra se pueden dar procesos de deslocalización industrial y desindustrialización. Las nuevas formas de localización de las industrias, o relocalización, afectan a todos los países. Las empresas, en especial las más grandes, optan por instalar varias plantas en diferentes lugares del mundo donde encuentran beneficios. Más allá de estos aspectos a nivel global, estas estrategias empresariales también tienen consecuencias a nivel local. Por ejemplo, debido a la facilidad con que cambian de localización, las empresas pueden generar repentinas transformaciones en los lugares, dando paso a procesos de crecimiento industrial (y empleo) o, por el contrario, al cierre de fábricas o a la disminución de su producción con pérdida de opciones laborales.

Cuando se habla de deslocalización industrial se hace referencia a este proceso por el cual las empresas cambian la localización de sus plantas de producción. Los motivos de este cambio pueden ser variados, pero siempre se busca reducir los costos de producción para hacer más competitivos los productos. Uno de los factores que impulsan esta estrategia es la disponibilidad de mano de obra con las características requeridas por la empresa en cuestión. Así, por ejemplo, las tareas industriales que demanden mucha mano de obra no calificada podrán ser localizadas en lugares donde puedan pagar salarios más bajos, mientras que si el interés está en emplear trabajadores de alta calificación o profesionales, los lugares elegidos serán las grandes ciudades con importantes centros de educación superior.

En términos generales, en las últimas décadas se observa a nivel mundial un movimiento de deslocalización industrial caracterizado por él desplazamiento de empresas desde los países desarrollados (tradicionales lugares industriales) hacia los países en desarrollo, donde la disponibilidad de mano de obra barata y poco organizada sindicalmente es abundante. En ocasiones, además, estos países también diseñan legislaciones favorables para atraer a las empresas.

La presencia de industrias en estos nuevos lugares generará nuevos empleos y, probablemente, requerirá otras actividades económicas que también se localizarán allí. Esto muchas veces es evaluado en términos positivos, sobre todo donde las opciones laborales o las actividades económicas son limitadas. América Latina constituye un área que resulta atractiva para la localización de empresas mundiales que han aprovechado la disponibilidad de mano de obra, e incluso la historia industrial de algunos países de la región, para radicarse en ellos.

Los procesos de desindustrialización, por otro lado, tienen lugar en aquellos ámbitos abandonados por las empresas en busca de situaciones más ventajosas para la radicación de sus industrias. El ejemplo más notable en este sentido lo constituye la ciudad estadounidense de Detroit, antiguo centro de surgimiento de la industria automovilística del cinturón industrial. Las empresas allí localizadas buscaron nuevos emplazamientos (en el sur de Estados Unidos) donde los costos de la mano de obra eran más bajos y la organización de sindicatos, más endeble. La ciudad perdió su histórica producción industrial pero también fuentes de empleo y, por consiguiente, población.