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Trabajo Práctico 9 – “La producción agraria”

Trabajo Práctico 9 – “La producción agraria”

Actividades de comprensión lectora

  1. Marca con una X la respuesta correcta
    1. Las actividades agrícolas y ganaderas se realizan de diversas maneras, según cómo los productores hacen uso de los recursos disponibles. Por ejemplo: por el uso del suelo y del capital; estas se dividen en…:

                                          i.    De subsistencia

                                         ii.    De secano

                                        iii.    Extensiva

 

  1. En la modernización agraria americana, durante las últimas décadas tiene lugar la llamada…:

                                          i.    Segunda Revolución Verde

                                         ii.    Segunda Revolución Industrial

                                        iii.    Segunda Revolución agrícola

 

  1. El “cinturón lechero”, en América Anglosajona, se encuentra en la zona de…:

                                          i.    En el sur y este de los Estados Unidos

                                         ii.    Rodeando los Grandes Lagos

                                        iii.    En el centro y oeste de los Estados Unidos

 

  1. Los biocombustibles son producidos a partir de materia orgánica (generalmente, cultivos agrícolas y forestales); se utilizan para reemplazar a…:

                                          i.    La energía hidráulica

                                         ii.    Los combustibles fósiles

                                        iii.    La energía nuclear

 

 

  1. Completa el mapa con los datos que faltan.
  1. 3. Analiza los Documentos y responde

La distribución de la tierra

“En general, la tierra es un recurso de importancia decisiva para las sociedades rurales. Sirve como factor de producción y para acumular riqueza [...]. En las sociedades rurales, la condición social de las personas y las relaciones de poder suelen estar determinadas, en lo fundamental, por la estructura de tenencia de la tierra [...]. Sin embargo, la distribución de la tierra en América Latina y el Caribe se caracteriza por sus enormes desigualdades. Pese a que en algunas regiones han surgido estructuras modernas, todavía subsisten los grandes latifundios junto a gran número de explotaciones pequeñas [...]. La distribución de la tierra en la región es, en general, sumamente poco equitativa. Hay fincas enormes con vastas extensiones subutilizadas u ociosas, mientras al mismo tiempo una proporción importante de la población rural lucha por acceder a la tierra. La agitación social provocada por esta situación no solo es cosa del pasado, pues sigue teniendo lugar en el presente”.

  1. ¿Cuál es, según el documento, la importancia de la tierra como recurso en el medio rural?
  2. ¿Cómo se distribuye el recurso entre los distintos actores que conforman la estructura agraria latinoamericana?
  3. ¿Cuáles son las consecuencias de esta desigual distribución?

La expresión "dragón malthusiano" hace referencia a un economista inglés, Thomas Malthus (1766-1834), quien, en 1798, en plena Revolución Industrial, afirmaba que:

“Considerando aceptados mis postulados, afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. [...] La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. [...] Ninguna pretendida igualdad, ninguna reglamentación agraria, por radical que sea, podrá eliminar, durante un siglo siquiera, la presión de esta ley [...]".

Thomas Robert Malthus. Primer ensayo sobre la población (1798).

  1. ¿Qué establece la malthusiana?
  2. ¿Estás de acuerdo? Fundamenta

4. Trabajamos con el mapa de la página 165 y completamos el siguiente cuadro: Colocamos el país donde se practica la actividad indicada

 

Tipo de Actividad

América Anglosajona

América Latina

Agricultura y ganadería de Subsistencia

 

 

Agricultura de riego

 

 

Agricultura de plantación

 

 

Agricultura extensiva de cereales y oleaginosas

 

 

Ganadería extensiva

 

 

Frontera agrícola

 

 

 

Información para realizar las actividades

En el continente americano las actividades agrarias son muy importantes, tanto en América Latina como en América Anglosajona. La gran diversidad de recursos naturales ha favorecido la generación de una gran variedad de productos agrícolas y ganaderos. Si bien aún persisten formas de producción tradicionales, la modernización agraria se ha ido expandiendo a todo el continente.

La producción agraria (Libro de Texto)

En el continente americano las actividades agrarias son muy importantes, tanto en América Latina como en América Anglosajona. La gran diversidad de recursos naturales ha favorecido la generación de una gran variedad de productos agrícolas y ganaderos. Si bien aún persisten formas de producción tradicionales, la modernización agraria se ha ido expandiendo a todo el continente.

 

Una variedad de actividades

En el continente americano las actividades agrícolas y ganaderas se realizan de diversas maneras, según cómo los productores hacen uso de los recursos disponibles. Por ejemplo:

Por el uso del suelo y del capital, entendiendo el capital como aquello que permite la inversión en tecnología, en compra de tierras y ganado, etcétera.

a) Intensivas (en capital o en mano de obra): se busca obtener el máximo de producción en cantidad y calidad con el menor uso de recursos, por ejemplo, concentrando la producción, de manera tecnificada, en un espacio reducido. Es el caso de la producción ganadera en granjas cercanas a las grandes ciudades; otro ejemplo son las huertas o campos de policultivo (varios cultivos juntos) en zonas rurales próximas a las ciudades o en comunidades campesinas.

b) Extensivas: se aplican los recursos para aprovechar grandes superficies de tierra, por ejemplo, la ganadería ovina en la Patagonia y el cultivo de cereales y oleaginosas en las llanuras del centro de Estados Unidos y en la llanura Chacopampeana.

Por el producto que generan:

a) Especializadas: predomina un tipo de cultivo, como cereales y oleaginosas. Cuando prevalece notablemente un producto por sobre los otros, se habla de mono producción o monocultivo. Este puede ser realizado en forma intensiva o extensiva. Ejemplos de monocultivo extensivo son la soja en zonas de la llanura Pampeana y las plantaciones de palma aceitera en Colombia.

b) Diversificadas: en una superficie se combinan varios productos, agrícolas y/o ganaderos.

Por el destino de la producción:

a) De subsistencia: incluye producciones variadas, realizadas a pequeña escala y para el sustento de las familias productoras y la venta en mercados locales. Se encuentra, por ejemplo, en el Amazonas (Brasil, Perú, Colombia, Venezuela).

b) Comercial: tiene como destino la venta en el mercado interno (nacional) o externo (exportación). Abarca a la mayoría de las producciones.

Por la disponibilidad y uso del agua:

a) Agricultura de secano: es la que utiliza el agua provista naturalmente; ocupa las mayores extensiones, en zonas con montos de precipitaciones adecuados.

 

b) Agricultura de regadío: el agua necesaria para los cultivos proviene sobre todo de la aplicación de sistemas o técnicas de riego. Si bien el riego se aplica en cualquier zona de cultivo donde es necesario suplementar el agua de lluvia, es preponderante en zonas áridas, conformando, en general, oasis de riego. Por ejemplo, se encuentra en el norte desértico de Chile para la producción de frutas finas, en los oasis cuyanos de la Argentina para la producción de vid y olivos, y en los valles de California (Estados Unidos), para la producción de vid para vinos.

Actores del agro latinoamericano

 

Más de 40 millones de personas en Latinoamérica trabajan en actividades agrarias, en las que realizan diversas tareas y se ocupan de distintas funciones en el proceso productivo.

Para elaborar una clasificación de actores agrarios suelen utilizarse las siguientes características:

• Productores -pequeños, medianos o grandes- de acuerdo con el tamaño de la explotación (en relación con su superficie o con el volumen de la producción).

• Propietarios o no de las tierras. En este último caso se trata, en general, de personas que alquilan tierras de terceros, como los arrendatarios. También se puede dar el caso del uso de tierras comunitarias, pertenecientes a comunidades, como las indígenas.

• Disponibilidad de capital. Se refiere a la disponibilidad de dinero para la compra de recursos productivos. Se encuentran productores más o menos capitalizados y no capitalizados.

• Cantidad y tipo de mano de obra empleada. Esto es, el número de personas que trabaja en la propiedad y si son empleados contratados (trabajo asalariado) o personas del núcleo familiar (trabajo familiar).

• Estrategias productivas. Es decir, las diversas formas en que los productores organizan su actividad, según los objetivos que persigan (vender en el mercado, alimentar a la propia familia) y los medios de que dispongan (cantidad de capital, relaciones con otros productores, etcétera). Los grandes productores de cereales realizan una agricultura extensiva basada en el uso de modernas maquinarias.

Estos diversos actores se encuentran vinculados entre sí a través de relaciones laborales y de intercambio y juntos conforman la estructura agraria. En América Latina, desde la época colonial, la estructura agraria se ha ido complejizando. Hoy en día, podemos distinguir los siguientes grupos:

Los grandes productores son los actores que suelen tener el mayor poder de decisión en los ambientes rurales, porque concentran la mayor parte de la tierra y por su acceso a grandes cantidades de capital, lo que les da una amplia capacidad para realizar importantes inversiones y aumentar continuamente su producción. Se encargan sobre todo de las tareas de organización y dirección de la producción. Para la realización de las actividades agrarias, contratan trabajadores asalariados (con frecuencia, pequeños productores o campesinos). Dentro de la categoría grandes productores es posible diferenciar a las grandes empresas integradas, también llamadas complejos agroindustriales. Constituyen un actor nuevo, que surge de la mano de la creciente integración en el proceso productivo: productores y empresas que antes trabajaban de manera independiente pasan a agruparse bajo una misma empresa, que ahora abarca varios eslabones de la cadena productiva. Esta incluye, además de los grandes productores rurales, a influyentes actores del sector industrial y financiero.

Los pequeños y medianos productores producen para la venta en el mercado, con mayor o menor capacidad de generar ganancia según el capital de que dispongan. Los productores medianos cuentan con más capital y, por ende, con más capacidad de contratar mano de obra, invertir en insumos y maquinarias, obtener créditos para la producción, etc. Para los pequeños, en cambio, es más difícil acceder a los medios de producción y, además, cuentan con mayores dificultades para mejorar sus condiciones de negociación con los proveedores de insumos y los compradores de sus productos: no pueden comprar insumos en grandes cantidades (y, por lo tanto, a precios más bajos), ni vender los productos a un precio adecuado a sus necesidades.

Los campesinos son actores característicos y tradicionales del ámbito latinoamericano. Existe en la actualidad mucho debate sobre cómo caracterizar a estos actores, que tanta Transformación han sufrido desde la época de la conquista. Los campesinos son pequeños productores que basan su producción en el uso de mano de obra familiar, no poseen una tecnología moderna, producen en pequeña escala y principalmente para el consumo propio o el trueque (intercambio de bienes sin moneda). Gran parte de los campesinos latinoamericanos -sobre todo en los países andinos, parte de México y Centroamérica tienen su origen en grupos indígenas.

Un rasgo frecuente es la situación de precariedad en cuanto a la tenencia de la tierra: a pesar de estar habitando y trabajando una porción de tierra desde hace tiempo (en muchos casos, de manera colectiva), por lo general no cuentan con títulos que acrediten la propiedad de esta, lo cual suele dejarlos en situación de vulnerabilidad y desprotección cuando esas tierras comienzan a ser pretendidas por sectores de mayor poder en la estructura agraria.

En las últimas décadas, algunos sectores del campesinado comenzaron a cambiar sus tradicionales formas de producción, adaptándose a las pautas de la producción comercial: se convierten entonces en pequeños productores que venden al mercado y contratan mano de obra. También, muchos de ellos, ante la necesidad de obtener ingresos extra, además de lo que producen, se ofrecen como mano de obra para otros productores, convirtiéndose en trabajadores rurales.

Otro actor clave, siempre presente, es el Estado, que a través de acciones, planes o programas, busca promover el desarrollo de determinadas actividades o actores en el medio rural, con lo cual afecta las posiciones de cada uno de ellos en la estructura agraria. También desempeñan un papel importante los movimientos sociales y otras agrupaciones de la sociedad civil que se organizan para reclamar e intentar frenar las consecuencias negativas de algunas actividades económicas, como el desalojo de pobladores de sus tierras, la contaminación del ambiente o la desigual apropiación y repartición de los recursos entre los diferentes actores.

 

DOCUMENTOS

La distribución de la tierra

 “En general, la tierra es un recurso de importancia decisiva para las sociedades rurales. Sirve como factor de producción y para acumular riqueza [...]. En las sociedades rurales, la condición social de las personas y las relaciones de poder suelen estar determinadas, en lo fundamental, por la estructura de tenencia de la tierra [...]. Sin embargo, la distribución de la tierra en América Latina y el Caribe se caracteriza por sus enormes desigualdades. Pese a que en algunas regiones han surgido estructuras modernas, todavía subsisten los grandes latifundios junto a gran número de explotaciones pequeñas [...]. La distribución de la tierra en la región es, en general, sumamente poco equitativa. Hay fincas enormes con vastas extensiones subutilizadas u ociosas, mientras al mismo tiempo una proporción importante de la población rural lucha por acceder a la tierra. La agitación social provocada por esta situación no solo es cosa del pasado, pues sigue teniendo lugar en el presente”.

En: http://goo.gl/AslpLJr

¿Cuál es, según el documento, la importancia de la tierra como recurso en el medio rural? ¿Cómo se distribuye el recurso entre los distintos actores que conforman la estructura agraria latinoamericana?

¿Cuáles son las consecuencias de esta desigual distribución?

 

El agro latinoamericano, cambios y permanencias

 

Las actividades agrarias latinoamericanas se inician desde la etapa de los pueblos originarios; entre sus características se destacan el uso comunitario de los recursos disponibles, como la tierra y el destino principal de la producción para la subsistencia de la población. En la etapa colonial la propiedad privada de la tierra y la producción comercial se expandieron de tal manera que los usos del suelo por parte de los indígenas desaparecieron en algunas áreas o quedaron reducidas a las áreas de menor aptitud productiva.

Desde la conformación de los territorios estatales, subsisten características de aquellas etapas: América Latina se destaca por la producción de materias primas con escaso valor agregado que exporta a países más desarrollados, los que proveen manufacturas y tecnología. Pero también hubo importantes cambios en la agricultura comercial con la incorporación de nuevos cultivos, actores y formas de producir, en especial con la adopción de tecnologías (la llamada modernización agraria).

Los cultivos especializados, y en particular el monocultivo en zonas tropicales, siguen siendo usos del suelo característicos en numerosos países latinoamericanos. También se los identifica como agricultura de plantación. Una plantación es un establecimiento especializado en la producción de un único cultivo que se realiza a gran escala y de manera intensiva (invirtiendo grandes cantidades de capital y maquinaria para buscar el máximo rendimiento posible). Desde mediados del siglo xx la industria adquiere un lugar cada vez más importante en la cadena productiva agropecuaria: de ser el eslabón que transforma la materia prima agrícola y ganadera, ha pasado a constituirse en proveedora de insumos para el eslabón primario (las semillas y fertilizantes son insumos básicos producidos en forma industrial).

Los productos agrarios latinoamericanos han tenido tradicionalmente y tienen como principal destino la exportación hacia los países desarrollados. En la actualidad, además, se han ampliado los destinos de exportación, y los países emergentes como China o Rusia son importantes compradores.

 

Productora de materias primas y alimentos

 

Hoy en día, América Latina ocupa un lugar central como proveedora de materias primas y, sobre todo, alimentos para el mercado mundial. Según informa la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), la región se destaca en la producción mundial de productos agroalimentarios: del total mundial produce el 59% del café; el 54% de la soja; el 36% del azúcar; el 30% de la carne vacuna, el 14% del maíz y el 10% de los lácteos, entre otros productos.

De suma importancia es también el comercio intrarregional, es decir, aquel que realizan los países latinoamericanos entre sí. Casi la mitad de los productos agroalimentarios (cereales, frutas, carnes) importados por los países de la región latinoamericana provienen de otros países de América Latina. Los países del Cono Sur (Chile, Uruguay y fundamentalmente la Argentina) son los abastecedores de estos productos. Estados Unidos se mantiene como uno de los socios más importantes en el comercio de alimentos: de él proviene la tercera parte de las importaciones y es también uno de los mayores destinatarios de las exportaciones.

 

La modernización agraria

 

A lo largo del tiempo, tanto a nivel mundial como en América Latina, han ido incorporándose nuevas tecnologías para la producción agraria, que traen consigo cambios en la forma en que se utilizan los recursos. Por ejemplo, en lo que respecta a la cantidad de mano de obra, dé maquinaria e insumos y de tiempo necesarios para la producción. A este proceso se lo denomina modernización agraria; los siguientes son algunos de sus hitos desde mediados del siglo xx.

En la década de 1960 se inicia en distintas partes del mundo la llamada Revolución Verde, que supuso profundos cambios en las técnicas de cultivo: se amplió la variedad de estos y comenzaron a emplearse nuevos y más potentes insumos (fertilizantes, plaguicidas, etc.) para aumentar el rendimiento (lo que se obtiene por hectárea) y la productividad (lo que se obtiene por persona ocupada) de los cultivos. Se esperaba que la Revolución Verde, al permitir un aumento de la cantidad de alimentos producidos, solucionaría el problema del hambre en el mundo. Sin embargo, su adopción no siempre benefició económicamente a los propios productores agrarios.

 En América Latina, la difusión de los paquetes tecnológicos (combinación de determinadas tecnologías, por ejemplo, semillas, agroquímicos y maquinarias) no tuvo el mismo alcance entre todos los productores. Se generó una diferenciación y fragmentación de productores: entre aquellos con disponibilidad de recursos para adoptarlos y mejorar su posición en los mercados y los que, al no poder adquirir las nuevas tecnologías, quedaron en desventaja para vender su producción. También implicó un cambio en el tipo de mano de obra empleada en la producción agraria: se pasó del predominio del trabajo familiar, característico en las explotaciones campesinas, al trabajo asalariado, propio de la producción orientada al mercado, cada vez más industrializada.

 

Los cambios se profundizan

 

Esta primera modernización sentó las bases para un cambio posterior. Durante las últimas décadas tiene lugar la llamada Segunda Revolución Verde. En esta se incorpora con fuerza la investigación genética aplicada a la agricultura: se crean las plantas “transgénicas” (u “OGM”, “Organismo Genéticamente Modificado”), que dependen necesariamente de la aplicación de agroquímicos para su desarrollo y crecimiento. A través de la biotecnología, se busca homogeneizar la producción, es decir, eliminar las diferencias entre los modos de producir, para obtener productos similares que cum plan con las pautas cada vez más estrictas que dicta el mercado.

La producción agrícola queda crecientemente subordinada a la producción industrial, que se introduce en todos los eslabones de la cadena productiva, desde la producción de la semilla hasta el packaging (empaquetado) y comercialización de los productos. También gana importancia el sector financiero, que comienza a invertir en tierras, tecnologías y maquinarias agrícolas.

Las nuevas variedades genéticamente modificadas pueden adaptarse a ambientes en los que en circunstancias normales no crecerían (ambientes áridos o con suelos no tan fértiles). Esta característica hizo que empezaran a plantarse en áreas tradicionalmente no cultivadas, como zonas ganaderas o de bosques. A este proceso se lo conoce con el nombre de avance de la frontera agropecuaria.

 

¿Producir alimentos para quienes?

 

A lo largo de su historia, América Latina fue incorporando nuevos productos agrarios. Al mismo tiempo mantenía otros, tradicionales de la región, y los transformaba en productos para la exportación: es el caso de la papa, originaria de las regiones andinas de América del Sur; el maíz, tradicional de México; el cacao en las regiones ecuatoriales (Brasil, Venezuela, Colombia) y de Centroamérica y. el Caribe (República Dominicana). También fue adoptando productos foráneos, como el trigo, el café, la caña de azúcar, el algodón y variedades de ganado que pasaron a ser de suma importancia para las economías locales.

Con la modernización agraria y el proceso de apertura de la economía mundial, se acentuó el perfil de América Latina como productora de alimentos de consumo masivo (commodities), como la soja. Al mismo tiempo, aparecieron nuevos productos, “cultivos diferenciados”, dirigidos a mercados específicos; por ejemplo: flores en Colombia y Venezuela, frutas tropicales en el valle del río San Francisco y en distintas áreas de Brasil, frutas finas en el norte de Chile, etcétera. 

Para poder cumplir con las exigencias de los compradores en el mercado externo los productores cambian sus prácticas. Por ejemplo, dejan de producir los cultivos destinados al autoconsumo o aquellos que se venden como alimento para el mercado interno de sus países, para volcarse solo a los de exportación.

Así, al modificarse los tipos de cultivo, se pierde la variedad de la producción y al mismo tiempo las técnicas de uso tradicional y probada efectividad se cambian por otras que a veces tienen un impacto negativo en el ambiente.

Por otra parte, la disminución de la producción de alimentos para el mercado interno lleva a que muchos países tengan que importar productos alimenticios que antes producían. Un caso es México, cuna del maíz, que ha debido importarlo desde Estados Unidos, como parte de los acuerdos comerciales entre los países.

En los últimos años, han surgido distintas propuestas, teorías y conceptos para analizarla problemática de la producción y el acceso a los alimentos por parte de los países latinoamericanos. Desde el Estado, organismos internacionales como la FAO y movimientos sociales como Vía Campesina, se difunden distintas ideas sobre el origen del problema, cómo enfrentarlo y el rol de los distintos actores (campesinos, pequeños productores, agroindustrias, Estado) en dicho proceso.

 

¿Alimentos o combustibles?

 

Los biocombustibles son producidos a partir de materia orgánica (generalmente, cultivos agrícolas y forestales); se utilizan para reemplazar los combustibles fósiles (derivados del petróleo, gas, carbón), porque estos pueden agotarse y por su alto impacto ambiental.

En las últimas décadas ha aumentado la producción de biocombustibles en América Latina y esto ha generado nuevos problemas a los que enfrentarse. Por ejemplo, la mayor parte de los cultivos que se producen en el mundo y en particular en América Latina se destina a la alimentación (humana o animal): cereales (maíz, trigo, arroz), oleaginosas (soja, girasol), frutas y hortalizas. Sin embargo, cada vez más, estos mismos cultivos o las tierras en que se realizan comienzan a ser destinados a la producción de biocombustibles.

Brasil es, a nivel mundial, un gran productor y consumidor de biocombustibles, principalmente bioetanol, generado a partir de la caña de azúcar. Esto se debe, entre otras causas, a que desde 1970 este país cuenta con políticas estatales que han fomentado la producción y el consumo. En Colombia y en la Argentina, donde comienza a tener relevancia la producción de biocombustibles, dichas políticas de promoción son más recientes.

El aumento en la producción de biocombustibles significa un cambio en el uso de grandes superficies de tierra que tiene su impacto a nivel ambiental, social y económico. Una de las preocupaciones más importantes tiene que ver con la “competencia” entre cultivos alimenticios y cultivos energéticos y sus posibles consecuencias en la disponibilidad de alimentos para la población: superficies que antes se destinaban para la producción de alimentos, ahora comienzan a utilizarse para la producción de biocombustibles y, por ende, existe una menor cantidad de alimentos disponible para el consumo humano.

En los últimos años, se está experimentando una suba en los precios de los alimentos. Algunos especialistas señalan como causa principal de este fenómeno, entre otras (como la creciente demanda de fuentes energéticas y de alimentos por parte de China, India y otros países en crecimiento), una mayor demanda de tierra y de productos alimenticios para la producción de biocombustibles.

Organismos internacionales como la FAO llaman la atención a los gobiernos latinoamericanos sobre la importancia de establecer políticas que garanticen la seguridad alimentaria de los países. Es decir, políticas que aseguren el acceso a los alimentos por parte de toda la población, evitando así posibles crisis de hambre.

 

PUNTOS DE VISTA

Seguridad y soberanía alimentaria

 

En 19%, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) propuso el concepto de seguridad alimentaria y planteó: “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana. [...]. Los cuatro pilares de la seguridad alimentaria son la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad”. FAO. Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (2012).

 

Ese mismo año, la Vía Campesina (movimiento campesino internacional), en respuesta a lo planteado por la FAO, elaboró el concepto de soberanía alimentaria, definido como: “el derecho de los pueblos a definir su propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”. Vía Campesina (1996).

• Comparé ambos conceptos. ¿Qué similitudes y diferencias encontrás? ¿En qué aspectos pone énfasis cada uno de ellos?

• ¿Corno aparecen representados los distintos actores del medio rural?, ¿qué derechos y roles se les asignan?

 

LA REVOLUCIÓN VERDE EN FOCO

 

En la actualidad, nadie discute que los cambios tecnológicos han favorecido un aumento en la productividad de los cultivos, y, por ende, en la cantidad de alimentos producidos. Los defensores de la Revolución Verde han intentado convencer a los más críticos de la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías, apoyándose en un argumento sin duda de suma importancia: la necesidad de acabar con el hambre en Latinoamérica y en el mundo.

 

Sin embargo, tanto en su momento como en la actualidad, persiste el debate sobre la relación entre la producción de alimentos y el problema del hambre.

 

¿Es un problema la cantidad de alimentos producidos o de su distribución?

Los fragmentos de esta página nos darán algunas pistas para pensar estos interrogantes y seguir abriendo otros.

En 1975, en un congreso sobre Planificación Agrícola y Producción organizado por la FAO, un estudioso de la producción agraria afirmaba que:

 

"Los fantásticos aumentos de los rendimientos provenientes de los maíces híbridos, los nuevos trigos y los arroces de polinización abierta han sido impresionantes. Más aún, la energía mecánica y su equipo asociado permiten que un trabajador en granjas industrializadas produzca tanto como docenas de trabajadores igualmente laboriosos en la agricultura tradicional. Muchos observadores se apresuraron a anunciar que el dragón malthusiano al que tanto temían hace apenas una década, había sido derrotado. La gran preocupación residía ahora, según afirmaban, en la distribución y el almacenamiento. [...]

Solón L. Barradough, ¿Progreso para quién? (1975).

 

La expresión "dragón malthusiano" hace referencia a un economista inglés, Thomas Malthus (1766-1834), quien, en 1798, en plena Revolución Industrial, afirmaba que:

 

“Considerando aceptados mis postulados, afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. [...] La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. [...] Ninguna pretendida igualdad, ninguna reglamentación agraria, por radical que sea, podrá eliminar, durante un siglo siquiera, la presión de esta ley [...]".

Thomas Robert Malthus. Primer ensayo sobre la población (1798).

 

La teoría malthusiana que dice que necesariamente la población crece más que la producción de alimentos fue cuestionada por distintos autores. Entre otras razones porque se considera que el crecimiento de la población humana cambia según el contexto histórico. Un reconocido geógrafo inglés, David Harvey, ha trabajado la relación entre crecimiento poblacional y disponibilidad de alimentos:

 

"Con frecuencia se admite, equivocadamente, que la escasez es algo inherente a la naturaleza, cuando su definición es inextricablemente [1] social y cultural en su origen. La escasez presupone ciertos objetivos sociales, que son los que definen la escasez tanto como la falta de medios naturales para realizarlos. Además, muchas de las escaseces que experimentamos no proceden de la naturaleza, si no que las crea la actividad humana y las administra la organización social [...]. Las teorías sobre el deterioro del medio ambiente, el crecimiento de la población, la escasez de recursos y cuestiones análogas pueden surgir por razones muy diversas y tener una incidencia muy variada. Por ello resulta decisiva la determinación de los orígenes políticos y sociales de tales teorías, así como su incidencia”.

Población, recursos y la ideología de la ciencia (1974).

 

En la actualidad, la población del mundo (y de América Latina) ha disminuido su ritmo de crecimiento. Por otra parte, los adelantos tecnológicos, como la Revolución Verde, han demostrado que se puede incrementar en gran medida la producción de alimentos. ¿Cuál es entonces el problema? ¿Una mayor producción significa necesariamente mayor acceso a los alimentos?

 

"La aparición en el continente de los efectos de la Revolución Verde, con sus paquetes tecnológicos de alto rendimiento [...], generó una fragmentación entre aquellos que accedían a sus beneficios y los que, por sus características económicas, sociales o culturales, no podían hacerlo. Como se vio en el caso de México [para el maíz], la producción [..:] creció, [...] pero al poco tiempo los alimentos básicos, [...] tuvieron que empezar a importarse".

Carlos Reboratti. El espacio rural en América Latina: procesos, actores, territorios (2007).

 

• Identifica distintas ideas sobre la Revolución Verde, el crecimiento de la población y la disponibilidad de alimentos. Escribí una síntesis de cada una en distintas fichas.

• ¿Cómo utilizarías esas ideas para elaborar un argumento a favor de la Revolución Verde y otro que sea crítico de esta?

 

La producción agraria en América Anglosajona

 

Las actividades agrícola y ganadera han alcanzado un gran desarrollo en los territorios de América Anglosajona, sobre todo en Estados Unidos. Es una producción altamente tecnificada, la mayoría de las explotaciones utilizan modernas maquinarias (sembradoras, cosechadoras, etc.) y los últimos adelantos tecnológicos, como semillas mejoradas, inseminación artificial en el ganado, etc. La productividad de la mano de obra, es decir, la cantidad de producción por trabajador empleado, es de las más altas del mundo.

En sus inicios, en el agro anglosajón tuvieron un rol muy importante las familias agrícolas que, al contar con tierras en propiedad y acceso a tecnologías, conformaron un sector de clase media rural. Con el paso del tiempo este tipo de productores ha disminuido y se han generalizado las explotaciones en manos de grandes empresas.

La producción de la región se especializa regionalmente; esto significa que se tiende a la producción de uno o dos cultivos en aquellas áreas más aptas para su desarrollo, las que se denominan “cinturones agrarios” (belts en inglés). Por ejemplo:

a) Rodeando los Grandes Lagos, zona de importantes mercados de consumo, dada la gran concentración de ciudades, se encuentra el "cinturón lechero”, orientado a la actividad ganadera, en especial la producción de lácteos y sus derivados. También se producen forrajes o alimentos para el ganado y una gran variedad de hortalizas.

b) Al s u r se extiende el “corazón agrícola” de Estados Unidos, dadas sus condiciones climáticas (mayor temperatura y humedad) y suelos fértiles. Es característico el cultivo de cereales como el maíz, por eso se lo conoce como “cinturón maicero” (corn belt). Pero en las últimas décadas se ha incrementado la producción de soja y colza (planta forrajera de cuya semilla se extrae aceite).

c) En el centro y el norte de Estados Unidos y centro- sur de Canadá se encuentra una de las zonas trigueras de mayor importancia en el mundo. Si bien se especializan fundamentalmente en la producción de trigo, se ha diversificado la producción, por ejemplo, con el cultivo de girasol y remolacha.

d) En el sur y este de Estados Unidos se destaca la zona algodonera (“cinturón algodonero” o cotton belt), aunque es una de las áreas que más se han transformado, ya que se ha diversificado a través de la producción de porcinos, aves de corral y arroz. .

En el centro y el oeste de Estados Unidos es importante la actividad ganadera y en el oeste, en los valles de California, se ha desarrollado una importante agricultura de riego, en la que se destaca el cultivo de frutales, en especial la vid.

Los países de América Anglosajona se encuentran entre los principales productores y exportadores de cereales y oleaginosas, junto con algunos países europeos. Gran parte de la producción se exporta (en especial a países asiáticos). Entre esos productos se destacan el trigo, la soja, el maíz, los cítricos y las carnes, tanto vacuna como porcina.

 

 [1] Inextricablemente= confuso, difícil de resolver