Actividades de comprensión lectora

1. Responde
   1. ¿A qué se denomina Huella ecológica?
   2. ¿Cómo podrías definir al consumismo?

 

2. Observa el mapa de la página 229 y responde:
   1. ¿Qué factores piensas que podrían explicar las diferencias entre las huellas ecológicas de los distintos países?

 

 

3. Lee el texto y resuelve:
   1. ¿Cómo fue el proceso participativo de los estudiantes, según el texto?
   2. ¿A través, de que otras formas de participación se podría haber logrado un resultado similar?

Información para realizar las actividades

Los elementos presentes en la naturaleza, tales como el aire, el agua y la flora, muchas veces son definidos como “recursos naturales”. Según otras perspectivas, también podrían llamarse “bienes comunes”

Como hemos visto en el capítulo de recursos naturales, ya conocemos los distintos tipos de manejo de los recursos naturales y de relacionarse con los mismos.

Hay diferentes formas de apropiación de los recursos naturales, es decir, distintas maneras de definir quienes poseen esos recursos y deciden sobre su manejo. Entre ellas se destacan la propiedad privada, la propiedad estatal y la propiedad comunal o comunitaria. Hoy día, algunos cuestionan que la mayor parte de los recursos del mundo sean propiedad de algún Estado o de empresas privadas; es decir, todos los seres humanos tenemos el mismo derecho a acceder a los recursos y ningún sector de la sociedad debería detentar su exclusividad; este tipo de recursos son bienes comunes, es decir, bienes que deberían ser disfrutados y gestionados colectivamente (de uso compartido). Comprenden una diversidad de elementos, entre los que se destacan aquellos componentes de la naturaleza necesarios para todos los seres vivos (agua, aire), algunos recursos (bosques, fauna, algunas semillas nativas y criollas) y aquellos ámbitos colectivos de producción y recreación (la tierra, los parques y los paisajes); asimismo son considerados bienes comunes aquellos inmateriales como el conocimiento.

Opiniones sobre los bienes comunes:

ü  Los bienes comunes pertenecen a todos; son un patrimonio global o de la humanidad que se debe preservar para las generaciones actuales y futuras.

ü  Los bienes comunes son públicos y el Estado debe velar para que sean accesibles a todos.

ü  Los bienes comunes pertenecen a la comunidad que los ha preservado y utilizado a lo largo de diferentes generaciones.

 

Una huella ecológica es una medida del impacto total que una persona tiene sobre el medio ambiente. Incluye cosas como cuánta agua usan en un día, cuánta energía usan para calentar su hogar en un año y cuánta tierra se necesita para cultivar los alimentos que comen. Todos estos factores intervienen en la medición de la huella ecológica de una persona.

Se trata de un indicador para conocer la sostenibilidad de las actividades humanas. La ventaja que presenta es la posibilidad de realizar comparaciones

Es una herramienta para determinar cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los recursos y bienes que se consumen, así como la superficie para absorber los desechos que se generan, usando la tecnología actual.

Una huella ecológica incluye cosas como:

·         La cantidad de dióxido de carbono que producen los hábitos de una persona, directa o indirectamente.

·         La cantidad de tierra de cultivo requerida para sustentar sus hábitos alimenticios.

·         La cantidad de árboles talados cada año para apoyar las actividades de la persona.

·         La cantidad de tierra en la que viven.

·         La cantidad de agua que la persona usa.

El transporte, el uso de energía y los hábitos alimenticios son tres de las principales formas en que las personas producen gases de efecto invernadero y consumen recursos naturales limitados. Andar en bicicleta o caminar de un lugar a otro es una excelente manera de reducir su huella ecológica. Cuando sea posible, es mejor conservar los recursos utilizando el transporte público. Si ninguna de estas opciones está disponible, puede reducir su huella ecológica compartiendo el automóvil.

Las personas de tu casa también pueden reducir su huella ecológica mediante el uso de electrodomésticos de bajo consumo. Los electrodomésticos de bajo consumo utilizan menos recursos naturales para funcionar. También puede cambiar las bombillas de las luces de su casa. Las bombillas LED duran más que las bombillas CFL y consumen menos energía. Incluso con bombillas de bajo consumo instaladas, puede reducir más su huella de carbono al conservar energía. Esto significa que apagarás las luces de una habitación cuando no estés en ella. Puede utilizar la luz solar natural durante el mayor tiempo posible durante el día como luz en su hogar. También es útil desenchufar los electrodomésticos y los cargadores de la pared cuando no los estés usando.

Las industrias cárnica y láctea utilizan una gran cantidad de recursos naturales. Se necesita mucha agua para dar de beber a los animales en las granjas, y se necesita aún más agua para producir suficientes cultivos para que los animales coman. Alrededor del 70% del agua dulce que usan los humanos se usa en las granjas. Para conservar agua y reducir su huella ecológica, muchas personas eligen comenzar a comer menos carne y menos productos lácteos como la leche y el queso. Muchas familias practican los lunes sin carne, lo que significa que no comen carne los lunes. Esto les ayuda a comer menos carne en general y a reducir su huella ecológica.

Las huellas ecológicas muestran que cada persona juega un papel importante en la salud de nuestro medio ambiente. Cuando muchas personas hacen algunos pequeños cambios juntos para reducir sus huellas, pueden generar un impacto positivo en el medio ambiente y hacer de nuestro mundo un lugar más saludable.

 

El consumismo

Se conoce como consumismo, sobreconsumo o consumo irresponsable a una dinámica de consumo exacerbado de bienes y servicios, es decir, a la tendencia a consumir en demasía, de manera exagerada o frenética, sin prestar demasiada atención a si lo comprado es realmente necesario o no. Al mismo tiempo, el consumismo es una doctrina sociocultural y una creencia, que propone la adquisición de posesiones materiales como la única vía hacia la satisfacción personal, y que distinguen entre las personas en base a su mayor o menor capacidad de consumo. El consumismo es una tendencia presente en las sociedades capitalistas postindustriales, especialmente en aquellas cuyos ciudadanos poseen altos ingresos y por lo tanto mucha capacidad de consumo. Por otro lado, el consumismo es radicalmente opuesto al consumo responsable o a la sustentabilidad: quienes practican el consumismo (“consumistas”) no se preocupan por la perdurabilidad de la sociedad ni por el daño ecológico que su modo de vida ocasiona, sino que se entregan al frenesí de la compra y la acumulación. El consumismo suele ser promovido por el marketing y la publicidad, ya que el consumo constante y masivo crea demanda allí donde no la había o había poca, y provee a las empresas de un escenario ideal para sus productos. En cambio, muchos sectores sociales, ecologistas y progresistas critican las posturas consumistas y las acusan de llevar adelante un despilfarro cuyas consecuencias serán dramáticas para las generaciones venideras.

 

 

Y las páginas del libro de texto correspondiente