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Trabajo Práctico 8 – “El Modelo Agroexportador”

Trabajo Práctico 8 – “El Modelo Agroexportador”

Actividades de comprensión lectora

Actividad 1

¿Qué lugar les parece que ocupaba la Argentina en la división internacional del trabajo que se consolidó hacia la segunda mitad del siglo XIX? Anoten sus hipótesis

Actividad 2

ü  ¿En qué consistía el modelo agroexportador?

ü  Revisen las hipótesis que escribieron en la actividad 1 y contrástenlas con la nueva información que tienen ahora.

Actividad 3

 

1)    Analiza el cuadro y responde: 

a)    ¿Cómo evolucionaron los productos agropecuarios durante el M.A.E.?  

i)     En los años 1890/94, hubo un incremento de todos los parámetros menos en la red ferroviaria 

ii)    En los años 1895/99, hubo incremento en todo 

 

iii)   En 1900/04, 1905/10,1910/14, hubo crecimiento en casi todo menos en la exportación de la lana 

La incorporación del ferrocarril al M.A.E

2)    Responde

 

a)    ¿En qué sentidos fue creciendo la red ferroviaria?

b)    ¿Qué relación puedes encontrar con el modelo agroexportador?

c)    ¿Qué regiones se vieron favorecidas por la expansión de la red ferroviaria?

d)    ¿Qué ventajas ofrecía poseer el control de los ferrocarriles?

e)    ¿Por qué se afirma que la red ferroviaria acentuó las migraciones internas?

 

3)    A partir de la lectura de los cuadros responde:

 

a)    ¿Qué regiones se vieron favorecidas por la llegada de inmigrantes?

b)    ¿Por qué causa se produjo la concentraron en estas regiones?

 

4)    Analiza el texto y responde las siguientes consignas:

 

a)    ¿Qué motivos impulsan el desarrollo del Modelo Agro-Exportador en la Argentina?

b)    ¿Cómo se conforma el grupo dominante durante esta etapa?

c)    ¿Qué características tiene el Estado durante este período?

 

d)    ¿Por qué motivo el MAE llegó a su fin?

Actividad 5

 

ü  ¿Qué aparece representado en esta imagen? ¿Qué quiere significar el diálogo que se encuentra debajo de la caricatura? ¿Qué les parece que busca expresar el autor? 

 

Actividad 6

ü  ¿Cuáles eran las fuerzas opositoras al orden conservador? y ¿Qué las diferenciaba?

 

Actividad 7

ü  ¿Qué se lee en los carteles de la fotografía? ¿Qué expresiones tienen las personas retratadas? ¿Por qué les parece que no hay mujeres?

 

ü  A partir de lo leído hasta aquí, escriban un texto breve acerca de cómo era la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX. ¿Qué cambió y qué no con la Ley Sáenz Peña? Si tienen posibilidad de hacerlo, intercambien el texto con una compañera o un compañero para ver cómo lo pensó y luego completen su producción. 

Actividad 8

 

ü  Observen el cuadro inferior. ¿Qué información aporta? ¿Qué regiones concentraban el desarrollo de la producción agrícola-ganadera? ¿Por qué puede hablarse de un desarrollo regional diverso? 

Actividad 9

ü  ¿Qué nos aportan estas ideas acerca de la existencia de un desarrollo regional diverso?

ü  ¿Qué significa que la prosperidad de una actividad no siempre implica la mejora de las condiciones de vida de las y los trabajadores que participan de ella?

Actividad 10

ü  Lean el texto que aparece en la columna derecha. Después, escriban una breve conclusión acerca de cómo impactó la consolidación del Estado y el desarrollo del modelo agroexportador en los pueblos originarios.

El desarrollo del modelo agroexportador y los pueblos originarios

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En 1884 y 1885, el general Benjamín Victorica, Ministro de Guerra, entró finalmente al Chaco con fuerzas de Ejército y Marina. Aunque hubo entreveros con los indios, pronto estos no pudieron hacer nada; murieron jefes importantes y sus tierras fueron ocupadas. [...]. Aunque muchos rancheríos quedaron independientes, estaban ya en medio de las nuevas estancias y colonias [de inmigrantes], perdiendo antiguos cazaderos y lugares de pesca. Así se vieron cada vez más obligados a emplearse durante algunas épocas del año, primero en aserraderos locales y zafras azucareras del Noroeste, y después también en las cosechas de algodón. [...] El Ejército también se ocupó de organizar el trabajo de los indígenas, que generalmente no cobraban en plata sino en vales para comprar ropa y comida en algunos almacenes que vendían carísimo; no tenían más remedio que aguantar porque los vales no servían en otra parte.

 

Palermo, Miguel Ángel. (1993). Los jinetes del Chaco (pp. 57-58). Buenos Aires, Argentina: Coquena Grupo Editor, Libros del Quirquincho.

   Actividad 11

ü  ¿Qué están haciendo las personas que aparecen en la imagen?

ü  ¿Qué se conmemora el 1º de mayo?

ü  ¿Por qué la fecha es tan importante para las organizaciones de trabajadoras y trabajadores? Tomen notas en sus carpetas.

Actividad 12

 

ü  ¿Qué observan en la imagen? ¿Cómo están vestidas las personas? ¿Por qué se reunieron? ¿Qué reclamaban? 

Información para realizar las actividades

La división internacional del trabajo

Como resultado de las transformaciones que desencadenara la Revolución Industrial (que se originó en Gran Bretaña hacia la década de 1780), la economía mundial se modificó profundamente. Con la expansión del mercado mundial, aumentó la circulación de mercancías, capitales y personas. Ya a mediados del siglo XIX, se había consolidado una nueva división internacional del trabajo de la que participaban, por un lado, un conjunto de economías especializadas en la producción de materias primas y alimentos y, por otro, un segundo conjunto de economías dedicadas a la producción de manufacturas industriales. En ese marco, comenzaron a incrementarse los intercambios comerciales entre países con distintos tipos de economías. Esos intercambios solían favorecer, fundamentalmente, a los países que tenían economías industrializadas. Por eso se dice que el intercambio era desigual.

Los países más poderosos, que habían desarrollado sus industrias, como Gran Bretaña y Francia, tenían colonias en regiones de África, Asia y Oceanía. Allí extraían las materias primas con las que fabricaban productos industriales que, luego, les vendían a esas mismas colonias.

La Argentina agroexportadora

 

En su mayoría, los países de América Latina no se transformaron en colonias de las potencias europeas. Pero sus economías sí se convirtieron en dependientes de ellas. Esto se debió a que se insertaron en el mercado mundial como productores de materias primas y alimentos, por lo que dependían de la importación de manufacturas y de las inversiones de capitales de los países industrializados. En ese contexto internacional, la Argentina logró insertarse en el mundo como proveedora de lana, carne vacuna, trigo, maíz y lino. El modelo económico que adoptó se conoce ahora como modelo agroexportador. En aquel tiempo, al especializarse en la producción agropecuaria, nuestro país necesitaba importar productos manufacturados de otros países. Es decir que vendía sus productos para poder comprar lo que aquí no se producía. Pero también importaba capitales: inversiones extranjeras que se utilizaban para desarrollar aún más este modelo económico. Ejemplo de ello son las inversiones de empresas británicas tomadas para el desarrollo de la red de ferrocarriles que servía para transportar las materias primas hasta el puerto de Buenos Aires con el objetivo de exportarlas. Esto favorecía, sobre todo, al desarrollo de la región pampeana, que tenía las mejores tierras para trabajar los productos de exportación.

El modelo agroexportador modernizó al país y lo convirtió en uno de los mayores exportadores del mundo. Gracias a él, un sector de la población argentina se beneficiaba en forma creciente: los dueños de las tierras y de las producciones que podían venderse al mundo. Sin embargo, la mayor parte de la sociedad no obtenía beneficios de este modelo: los salarios de las y los trabajadores eran bajos y las condiciones de vida, precarias.

La integración del nuevo estado argentino con los países centrales produjo su inserción en el mercado mundial como productora de materias primas, induciendo a un rápido crecimiento económico del país, asociado a las necesidades del mercado británico.

Para realizar su adaptación a los requerimientos de las naciones industriales recibió grandes contingentes de inmigrantes y capitales. La inmigración procedente sobre todo de España e Italia, ante la dificultad para de acceder a la tierra, se instaló en las zonas portuarias del litoral. Los capitales no se volcaron a la producción directa, sino a la creación de una infraestructura de transportes (ferrocarriles y puertos), al control del sistema de comercialización, y al financiamiento del Estado nacional.

La inversión local se orientó a la producción, facilitada por una política de entrega de tierras fiscales a manos de grandes terratenientes. De esta manera la acción de los inversores locales, la de los inversores extranjeros y el eficaz funcionamiento del Estado, permitieron un rápido crecimiento de la producción del litoral. El desarrollo de la agricultura y la aparición de la industria frigorífica marcaron esta etapa.

Como efecto de este crecimiento se produjo un rápido desarrollo urbano en el litoral, donde se concentraron plantas de producción primaria y se desarrollaron industrias manufactureras que comenzaron a sustituir algunas importaciones.  Esta expansión económica se tradujo en un aumento del comercio exterior con saldos favorables para la Argentina. El control británico de los transportes y la comercialización externa, y de los préstamos que recibía el Estado, se tradujo en un estrechamiento de las relaciones financieras y una gran sensibilidad a las fluctuaciones económicas de la metrópoli. Industrialización incipiente

La región productora del litoral se expandió con el corrimiento de la frontera indígena hacia el sur de Buenos Aires y la incorporación de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Los desequilibrios entre el interior y el litoral se acentuaron. Sin embargo, la extensión de la red ferroviaria acercó los mercados del interior a Buenos Aires.

EL proceso de expansión fue conducido por la oligarquía terrateniente que consolidó su hegemonía interna y se convirtió en intermediaria entre los estímulos externos y el sistema nacional, donde conservó el control del proceso productivo e incorporó a nuevos grupos sociales, las clases medias al sistema de dominación de la oligarquía.

Durante el período 1852-62 el enfrentamiento entre Buenos Aires y la Confederación donde parecía que el interior y el litoral porteño podían disputarle el poder a Buenos Aires, concluye con la victoria de Mitre en Pavón y la unificación nacional. Las presidencias entre 1862- 1880 consolidaron el poder del Estado nacional gestando una alianza con las oligarquías provinciales, en un papel subordinado, que se consolidó a partir de 1880.

En este año se conformó el Partido Autonomista Nacional PAN que canalizó las tensiones políticas internas de la oligarquía durante veinticinco años. El Estado actuó como redistribuidor del ingreso nacional en beneficio de los sectores dominantes, pero sin alterar la situación de las provincias. El desarrollo de la burocracia estatal permitió emplear a los decadentes sectores dominantes del interior.

La dinámica con que opera el sistema socioeconómico agroexportador genera un efecto de expulsión de población desde las zonas no privilegiadas. El singular trazado de las líneas de ferrocarril orientó el flujo migratorio interno que se sumó al proceso migratorio externo reforzando el esquema de concentración de población. El período se caracterizó por un acentuado desequilibrio demográfico manifestado en el crecimiento de los núcleos urbanos de la región litoral que actuaban como vínculo con el resto del mundo.

Las principales unidades geográficas receptoras de flujos migratorios internos son las del litoral (Capital Federal, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe) y Córdoba. Es decir, existe un polo central de atracción que es la región vinculada a la división internacional del trabajo,(productora de lana, cereales y carnes) y polos secundarios, que constituyen los núcleos en donde los sectores dominantes locales han conseguido consolidar alianzas con el poder central para mantener procesos productivos regionales orientados a abastecer el mercado interno, Tucumán y Mendoza (azúcar en la primera, vino en la segunda), el resto de las regiones interiores quedaron atrasadas y empobrecidas como consecuencia de un proceso de declive iniciado con el quiebre del mundo colonial y agudizado con la implementación del modelo agroexportador.

La inmigración masiva duplicó a la población manifestándose un fuerte predominio de extranjeros. En los centros urbanos del litoral se concentraron las actividades secundarias y terciarias (manufacturas y servicios) con un fuerte incremento de la burocracia estatal. En el sector rural la colonización y el arrendamiento crearon un estrato intermedio entre la polarización estanciero-patrón. Estos grupos de clase media tenían en común su condición de marginales en el sistema político. Las tensiones se caracterizaron por el intento de estos sectores de incorporarse a una sociedad que consideraban legítima y llena de posibilidades.

Ni la protesta rural ni la protesta urbana se vincularon con el movimiento político de las clases medias que se expresó en el programa de la Unión Cívica radical que promovía el sufragio universal y la vigencia de la constitución. Luego de una obstinada resistencia la oligarquía comprendió el riesgo que implicaba mantener el control exclusivo del Estado y sancionó, en 1912 la ley de sufragio universal.

El triunfo del radicalismo amplió el sistema del poder incorporando a vastos sectores a la vida política de acuerdo a las pautas europeas, pero no alteró las bases del poder, respeto los intereses agropecuarios y el modelo agroexportador. Sólo la crisis de 1930 llevó a la crisis definitiva del sistema político y del modelo económico.

El rol del Estado fue de suma importancia para el desarrollo de este modelo. Sus funciones se concentraron en la unificación y organización del Estado asegurando el orden interno apoyado en la fuerza militar; incorporó vastas extensiones de tierra que fueron entregadas al sector terrateniente, canalizó el crédito externo de acuerdo a las necesidades de los grandes productores agropecuarios y estimuló el proceso exportador ante la necesidad de recaudar fondos mediante el sistema aduanero.

La política económica fue liberal evitando la interferencia en la actividad privada. Esta característica del estado impulsó su modernización promoviendo la educación, la separación de la Iglesia del Estado mediante la creación del registro civil y una legislación laica.

 

La oposición al orden conservador

Hacia fines del siglo XIX, con la llegada de una gran cantidad de inmigrantes al país, la sociedad argentina mostraba grandes transformaciones. Además, problemas sociales tales como la pobreza, el hacinamiento y las malas condiciones laborales comenzaban a profundizarse. Sin embargo, en ese contexto, la insatisfacción de amplios sectores de la población no se traducía, solamente, en reclamos laborales. También se hacía fuerte una visión negativa del PAN –el Partido Autonomista Nacional– y crecía la demanda por una mayor participación política.

En ese marco, a lo largo de la última década del siglo XIX, se organizaron diversas fuerzas opositoras. Entre ellas el movimiento anarquista y el Partido Socialista (PS), surgidos del movimiento obrero, y la Unión Cívica (luego Unión Cívica Radical), que tenía miembros que formaban parte de los grupos de poder, pero cuestionaban al PAN. Estos movimientos opositores llevaban adelante distintas estrategias de lucha. Anarquistas y socialistas realizaban reuniones, movilizaciones en las calles y huelgas exigiendo que se respetaran los derechos de las y los trabajadores. El PS, a diferencia de las y los anarquistas, también presentaba candidatos propios en las elecciones para disputarle el poder al PAN a través del sufragio. Por su parte, la Unión Cívica realizaba reuniones y levantamientos armados con el objetivo de terminar con el gobierno del PAN, al que acusaba de corrupto y fraudulento.

El descontento social, la presión del movimiento obrero y los levantamientos radicales pusieron en crisis al orden conservador. Hacia principios del siglo XX, se intensificaron los conflictos dentro del PAN y algunos de sus miembros impulsaron proyectos de reforma electoral. La pérdida de legitimidad del régimen político llevó a que sus propios representantes buscaran transformarlo a partir de una ampliación de la participación política que apuntaba a canalizar las demandas sociales por caminos institucionales, alejándolas de las estrategias de acción directa impulsadas por las organizaciones obreras. Entre ellas, la huelga.

La Ley Sáenz Peña

La Ley 8.871, sancionada en febrero de 1912, fue impulsada por el entonces presidente Roque Sáenz Peña, que gobernó el país entre 1910 y 1914. La ahora llamada “Ley Sáenz Peña” establecía que el voto, además de ser “universal” -desde hacía varias décadas podían votar solamente los varones mayores-, debía ser secreto y obligatorio. El carácter secreto del sufragio apuntaba a evitar el fraude electoral, que era una práctica muy extendida en la vida política argentina y su carácter obligatorio a aumentar el número de votantes, comprometiendo así a la ciudadanía en la elección de sus representantes. Gracias a esta disposición, tenían derecho y obligación de votar todos los varones mayores de 18 años nativos (nacidos en el territorio argentino) o naturalizados (extranjeros que habían adoptado la ciudadanía argentina).

La ley también establecía que el padrón electoral debía elaborarse a partir del padrón militar, lo que apuntaba a hacer más transparente el registro de los votantes. Asimismo, la reforma electoral aseguraba la participación legal de la oposición, en la medida en que establecía el sistema de lista incompleta. De acuerdo a este sistema, dos terceras partes de los cargos para las cámaras legislativas se otorgaban a la fuerza política con más votos, mientras que la segunda fuerza recibía la parte restante. De este modo, la ley favorecía la representación de las minorías.

Si bien la reforma electoral dio lugar a un proceso de democratización de la vida política argentina, este resultó incompleto. A pesar de que el sufragio era “universal”, una gran cantidad de personas no tenía derecho a votar. Entre ellas todas las mujeres, además de los hombres extranjeros, dementes, sordomudos, presos, mendigos, eclesiásticos, militares y policías.

Más allá de sus limitaciones, la Ley Sáenz Peña transformó la vida política de la época y permitió a la Unión Cívica Radical llegar al poder a través de las urnas en 1916. Entonces, comienza un período de presidencias radicales que llegaría a su fin en 1930.

El modelo agroexportador y el desarrollo regional

En los Cuadernos 1 y 2 y al comienzo de este Cuaderno estudiamos las transformaciones aceleradas que sufrió nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX. Abordamos las características de la Argentina agroexportadora y vimos cómo el Estado favoreció su inserción en el mercado mundial como productora de alimentos y materias primas. Esto, a través de políticas que llevaron a la expansión del territorio y a la atracción de trabajadoras y trabajadores (por ejemplo, con el impulso a la inmigración) y de inversiones extranjeras. Estas fueron utilizadas para financiar proyectos tales como el desarrollo del ferrocarril, medio de transporte que facilitaba la circulación de productos para la exportación. Además, conocimos cómo era el orden político conservador de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. 

Desarrollo regional

En este modelo agroexportador, no todas las regiones del país desarrollaron sus economías de la misma manera. Las regiones del Litoral y Centro del país —aquellas que tienen las tierras más fértiles— se vieron favorecidas, concentrando la mayor parte de las actividades agropecuarias y, con ellas, de la infraestructura y de la población. 

 Impacto del modelo agroexportador en las economías regionales

Avancemos un poco más sobre algunas de las transformaciones que se produjeron en las diferentes regiones del país y en los distintos sectores sociales.

La producción artesanal local

Los productos industriales que los barcos traían desde el exterior y que los ferrocarriles distribuían en los distintos puntos del país impactaron en las actividades de producción y venta de muchos talleres artesanales de Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero. Las posibilidades de trabajo quedaron limitadas, en general, a los empleos que brindaban los gobiernos provinciales. En ese marco, se incrementó la migración hacia Tucumán, Buenos Aires, Rosario y Mendoza.

La prosperidad de algunas actividades regionales

En ese mismo marco, algunas producciones regionales sí prosperaron. Sobre todo, la del azúcar en el noroeste y la del vino en la zona de Cuyo, especialmente en Mendoza. Estos productos eran vendidos en Buenos Aires, Rosario y otras ciudades y pueblos de la zona pampeana.

Sin embargo, la prosperidad de una actividad no siempre implicaba la mejora de las condiciones de vida de quienes trabajaban en ella. Por ejemplo, en los ingenios azucareros se percibían salarios bajísimos por extensas jornadas de trabajo y se recibía la paga en vales que sólo podían usarse en la proveeduría del mismo ingenio, en la que la comida y otros bienes de primera necesidad se vendían a precios muy elevados.

El desarrollo del modelo agroexportador y los pueblos originarios

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En 1884 y 1885, el general Benjamín Victorica, Ministro de Guerra, entró finalmente al Chaco con fuerzas de Ejército y Marina. Aunque hubo entreveros con los indios, pronto estos no pudieron hacer nada; murieron jefes importantes y sus tierras fueron ocupadas. [...]. Aunque muchos rancheríos quedaron independientes, estaban ya en medio de las nuevas estancias y colonias [de inmigrantes], perdiendo antiguos cazaderos y lugares de pesca. Así se vieron cada vez más obligados a emplearse durante algunas épocas del año, primero en aserraderos locales y zafras azucareras del Noroeste, y después también en las cosechas de algodón. [...] El Ejército también se ocupó de organizar el trabajo de los indígenas, que generalmente no cobraban en plata sino en vales para comprar ropa y comida en algunos almacenes que vendían carísimo; no tenían más remedio que aguantar porque los vales no servían en otra parte. 

Palermo, Miguel Ángel. (1993). Los jinetes del Chaco (pp. 57-58). Buenos Aires, Argentina: Coquena Grupo Editor, Libros del Quirquincho.

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La organización de las trabajadoras y los trabajadores

Hacia fines del siglo XIX, en los centros urbanos, las condiciones de vida de las familias de trabajadoras y trabajadores eran precarias. Los salarios eran bajos y las jornadas de trabajo muy extensas. Además, muchas familias vivían en habitaciones pequeñas y debían compartir el baño y la cocina con otras. Estas condiciones provocaron, entre la última década del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, numerosas huelgas y protestas en el país. 

En la organización de las trabajadoras y los trabajadores, fueron muy importantes el movimiento anarquista y el Partido Socialista. Ambas fuerzas cuestionaban al sistema capitalista. Pero los socialistas y los anarquistas se diferenciaban, fundamentalmente, en que los primeros pensaban que podían lograrse mejoras en las condiciones de trabajo y de vida a través de la acción de los legisladores y de las leyes, mientras que para los segundos el cambio podría darse solamente a partir de una huelga general que cambiara el sistema económico y político por completo.

Las condiciones laborales en centros urbanos y rurales

Hacia fines del siglo XIX y principios del XX las expresiones de descontento frente a la desigualdad que provocaban las condiciones laborales de las y los trabajadores fueron en aumento y ocurrieron diversas protestas en los centros urbanos y también en las zonas rurales.

En particular, el 25 de junio de 1912, en la localidad de Alcorta, provincia de Santa Fe, ocurrió un fuerte reclamo de las y los trabajadores de la tierra junto a comerciantes y chacareros (dueños de pequeñas chacras) de la zona. Reclamaban a los terratenientes (dueños de grandes extensiones de tierra) percibir salarios más justos, la rebaja de los arrendamientos (es decir, de los precios de los alquileres de las tierras) y mejores condiciones laborales en general. A esta protesta, se la conoce popularmente como “El grito de Alcorta”.

Fuente: Continuemos estudiando