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Trabajo Práctico 7 “Revoluciones independentistas Hispanoamericanas”

Trabajo Práctico 7 “Revoluciones independentistas Hispanoamericanas”

Desde 1810 estallaron en distintas ciudades de Hispanoamérica varias revoluciones contra el poder español. En un trabajo clásico sobre el tema, Las revoluciones hispanoamericanas 1808-1826, el historiador inglés John Lynch señala que la causa fundamental de estos procesos revolucionarios debe rastrearse en las reformas borbónicas, que modificaron el sistema comercial y la organización política de la América española. Para Lynch, antes de dichas reformas las colonias eran en la práctica independientes, pues España no contaba con recursos para controlarlas. Las reformas intentaron revertir esa situación y hacer más sólido el lazo colonial, lo cual perjudicó enormemente a los criollos y los llevó a plantearse la necesidad de la independencia.

Otros historiadores proponen una explicación diferente. Tulio Halperín Donghi, en Historia contemporánea de América latina, considera que para entender las causas de las revoluciones hispanoamericanas es fundamental tener en cuenta acontecimientos del contexto internacional, especialmente el europeo. Dicho contexto está marcado por las guerras napoleónicas y por los sucesos que tuvieron lugar en España entre 1808 y 1815.

En el primer tercio del siglo XIX se independizaron casi todas las colonias españolas en América, y España dejó de ser una potencia mundial. Las nuevas repúblicas mantuvieron, sin embargo, una fuerte dependencia económica de los países occidentales.

Actividad N° 1

a)  ¿Cuáles son las diferencias entre las posturas de  John Lynch y de Tulio Halperín Donghi, sobre “las causas de las Revoluciones Hispanoamericanas y su posterior independencia?

b)    Subraya las ideas principales y realiza un resumen y luego una red o mapa conceptual.

Causas de la independencia

Siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, entre 1810 y 1824 se desarrolló el proceso de independencia de la mayoría de las colonias españolas en América.

Las causas fueron las siguientes:

En el año 1808 se produce la crisis de la monarquía española la cual inicia con el motín de Aranjuez, en donde Carlos IV es obligado a abdicar en favor de su hijo Fernando VII. Estos sucesos obligan a Napoleón Bonaparte emperador de los franceses a actuar como juez sobre la sucesión. Los reyes son trasladados a la ciudad de Bayona en donde son obligados a abdicar a favor del emperador, quien finalmente coloca a José Bonaparte, su hermano, como rey de España. Hay que destacar la influencia de Manuel Godoy primer ministro de Carlos IV en las manifestaciones de estos hechos. Godoy fue un primer ministro muy activo políticamente y con tendencias pro francesas las cuales le ganaron el odio de la población española y en especial de Fernando VII.

La difícil situación creada en España por la invasión francesa, que supuso la ruptura del contacto directo con América, y el vacío de poder que creó la retención de los reyes españoles en Francia. El descontento de los criollos por su postergación en el gobierno de sus países y por el mantenimiento del monopolio comercial español y, en segundo lugar, la fuerte tensión social en que vivían los indios, muy explotados por los blancos. Pero la independencia fue, sobre todo, una rebelión de las colonias contra la metrópoli.

El influjo de las ideas ilustradas, los ejemplos directos de la independencia norteamericana y de la Revolución Francesa y, además, la ayuda de Gran Bretaña y de Estados Unidos, países interesados en desplazar a España del comercio americano.

Hispanoamérica a finales del siglo XVIII

El control directo de Europa comenzó a decaer en 1776 con la declaración de Independencia de Estados Unidos ante la corona británica, aunque siempre hubo insurrecciones e inconformidad por parte de los nativos, dicho acontecimiento sería un aliciente más para la emancipación de las restantes colonias del continente.

El proceso de independencia en América Latina empezó a principios del siglo XIX, si bien a mediados del siglo XVIII comenzaron las primeras revoluciones "Comuneras" contra el poder español. Entre ellas destacan los Comuneros del Paraguay, 1735 y la revolución de los comuneros en el Virreinato de Nueva Granada. El nombre de "comuneros" se debe al lema de José de Antequera y Castro: "La voluntad del común es superior a la del propio rey" Si bien los comuneros fueron derrotados originalmente (por ejemplo, los del Paraguay en la Batalla de Tavapy) poco a poco los diferentes países bajo dominio español obtuvieron su independencia.

El 25 de Mayo de 1809 con la Revolución de Chuquisaca se inició la Guerra de Independencia Hispanoamericana que finalizaría en 1824, con la Batalla de Chacabuco. Al finalizar la misma, España había perdido prácticamente todas sus colonias en América, con excepción de las islas de Cuba y Puerto Rico.

En los primeros años después de la independencia se registran varios intentos de conformar grandes estados nacionales en Hispanoamérica. En 1819 se conformó un gran estado independiente sudamericano, denominado Gran Colombia, y que abarcó los territorios de los actuales Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador. La República se disolvió en 1830. En 1816 se conformaron las Provincias Unidas del Río de la Plata como gran estado sudamericano, incluyendo una gran parte del Alto Perú que luego integró Bolivia y la Banda Oriental que luego se independizó como República Oriental del Uruguay. Entre 1837 se formó la Confederación Peruano-Boliviana que se disolvió dos años después. En 1823 se formaron las Provincias Unidas del Centro de América que se disolvieron en 1839 para formar Costa Rica, Nicaragua, Salvador, Honduras y Guatemala. El único estado que logró la independencia de manera pacífica en este periodo fue el Brasil. A raíz de las Guerras Napoleónicas, la capital fue trasladada de Lisboa a Río de Janeiro implicándose con ello la asignación de la categoría de reino a Brasil, un reino dentro del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve (1809-1821). Al disolverse pacíficamente tal reino surgió el Imperio de Brasil. La independencia fue proclamada el 7 de Septiembre de 1822, por el hijo del rey de Portugal, Pedro I, que estableció una monarquía constitucional, de economía basada en el trabajo esclavista. Durante el siglo la mano de obra esclava fue gradualmente sustituida por inmigrantes europeos, sobre todo alemanes e italianos.

Los grandes protagonistas de este periodo en América fueron Simón Bolívar, José de San Martín, Miguel Hidalgo y Costilla, Agustín de Iturbide y otros que son considerados los padres de las patrias americanas contemporáneas por sus luchas contra el dominio colonial. La mayor parte de los países caribeños y Canadá se independizaron durante el siglo XX.

Actividad N° 2

Con la lectura de las páginas del texto, resuelve las siguientes consignas

1)    Analiza y responde si las siguientes afirmaciones son verdaderas o Falsas. Justifica tus respuestas

a)    En el Perú, como en México, los criollos se aliaron con las poblaciones indígenas durante el proceso revolucionario.

b)    Los reclamos criollos por la autonomía significaban la independencia de España.

c)   El Virreinato de Nueva España envió diputados a las Cortes reunidas en Cádiz, donde estos reclamaron por los derechos americanos.

2)    Ordena los siguientes acontecimientos en una línea de tiempo:

a)    Retorno de Fernando VII al trono de España (13/3/1814)

b)    Invasión napoleónica a España (5/1808)

c)    Grito de Ipiranga (7/9/1822)

d)    Revolución de Riego (1/1/1820)

e)    Traslado de la corte portuguesa a Río de Janeiro (7/3/1808)

f)     Grito de Dolores (16/9/1810)

g)    Proclamación del Imperio de Iturbide (18/5/1822)

h)   Entrevista de Guayaquil (26 y 27/7/1822)

3)    Completa el siguiente Cuadro

Revolución e Independencia Hispanoamericana

Líderes

Grupos o sectores sociales participantes

Proceso (Cómo se desarrolló, etapas, culminación)

Venezuela 

 

 

 

Gran Colombia 

 

 

 

Perú

 

 

 

México 

 

 

 

Brasil

 

 

 

 

 

4)    Observa el mapa y ubica en una línea de tiempo las Independencias Hispanoamericanas

Los Estados latinoamericanos luego de la Independencia

El fracaso de los proyectos unificadores

Una de las consecuencias de las guerras de la Independencia fue la fragmentación territorial de los antiguos dominios españoles en América, lo cual dio lugar a la constitución de varios Estados independientes. Para superar esa fragmentación y fortalecer la posición de Hispanoamérica en el plano internacional, durante la década de 1820 algunos líderes americanos propusieron construir un Estado que englobara a todas las sociedades hispanoamericanas.

Pero llevar a la realidad ese proyecto unificador resultó imposible. ¿Por qué? En primer lugar, por las enormes distancias que separan a las diversas regiones de Hispanoamérica y a la precariedad de las comunicaciones de la época. En segundo término, porque la composición étnica de las sociedades latinoamericanas era bastante desigual. Así, por ejemplo, mientras en Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala y México había un porcentaje elevado de mestizos y de descendientes de los pueblos originarios, en lo que hoy es Costa Rica y en las Provincias Unidas del Río de la Plata, por ejemplo, predominaban los blancos. Además, los países eran muy distintos geográficamente, lo que también los hacía diferentes en cuanto a sus recursos naturales y actividades productivas.

Así, la idea de una identidad americana (basada en el hecho de que todos los países hispanoamericanos compartían la misma lengua y religión, ya que habían formado parte del imperio colonial español) se complicaba debido a la coexistencia de una gran cantidad de identidades regionales y locales, que tenían gran peso en el quehacer cotidiano. Esta heterogeneidad no solo explica el fracaso de los proyectos unificadores, también ocasionó serios problemas al momento de organizar las nuevas repúblicas. Además, la mayoría de los nuevos Estados era extraordinariamente débil y contaba con ingresos muy limitados.

El proyecto de Bolívar fracasa en Panamá 

Simón Bolívar, que gobernaba la Gran Colombia (es decir, los actuales territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), propuso unificar la América hispana para hacer frente a las monarquías europeas que, luego de la constitución de la Santa Alianza, eran una amenaza para los nuevos Estados latinoamericanos.

Para concretar esta idea, Bolívar convocó a todos los países americanos a enviar representantes a una conferencia que se realizó en Panamá. El llamado Congreso de Panamá reunió en 1826 a delegados de varios Estados que discutieron la posibilidad de constituir una sola unidad política americana. Sin embargo, la tentativa de Bolívar fracasó. ¿Por qué? Hubo varias razones: la hostilidad de la diplomacia británica, que no veía conveniente esta unidad para sus intereses económicos; la desconfianza de los Estados Unidos, cuyos diplomáticos llegaron deliberadamente tarde y el recelo de los dirigentes de algunos países, como las Provincias Unidas del Río de la Plata, Chile y Brasil, que decidieron no enviar representantes.

Actividad 1

¿Cuál fue la actitud del Río de la Plata frente a la propuesta de unificación de Bolívar que se discutiría en el Congreso de Panamá? Elegí la opción correcta

a.       Participó activamente de las discusiones.

b.       Envió representantes, pero no apoyaron ninguna propuesta.

c.        No envió representantes

 

 Bajo el signo de la división y la inestabilidad política

Algunos años después del fracaso del Congreso de Panamá, lo que había sido desde 1819 la República de la Gran Colombia se desintegró y en 1830 dio lugar a la constitución de tres Estados distintos: Colombia (que incluía además a Panamá), Venezuela y Ecuador. También las Provincias Unidas de América Central se dividieron (1839) y así se formaron Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Honduras. De esa manera, el sueño bolivariano de una patria grande americana se hacía trizas y comenzaba una época marcada por las divisiones y la inestabilidad política.

En líneas generales, los Estados que surgieron a partir de entonces no pudieron restablecer la autoridad que la Corona española había ejercido sobre las distintas regiones de sus respectivos territorios. Y si bien en muchos países se sancionaron textos constitucionales que garantizaban derechos y libertades a los ciudadanos, en la mayoría de los casos estas disposiciones eran letra muerta, ya que no se las respetaba. ¿Por qué? Básicamente, porque ningún grupo político confiaba en que sus adversarios cumplieran los acuerdos. Así, los que detentaban el poder reprimían a los grupos opositores y estos, a su vez, conspiraban para llegar al gobierno por la fuerza. Esta es la razón por la cual, durante la primera mitad del siglo XIX, la inestabilidad política fue la marca característica de los gobiernos latinoamericanos.

Las rebeliones de distintos grupos se sucedían y los gobiernos se mostraron incapaces de enfrentarlas debido a que su precaria situación financiera no les permitía mantener fuerzas militares adecuadas, o bien no llegaban a acuerdos para establecer alianzas con otros sectores políticos y sociales.

Actividad 2

Relaciona los Estados con la unidad política a partir de la cual se conformaron

Venezuela

Nicaragua

El Salvador                                                                República de la Gran Colombia

Colombia

Honduras  

Ecuador                                                           Provincias Unidas de América Central

Costa Rica 

La afirmación de las élites políticas

Con el desplazamiento de los españoles del poder, el gobierno y la administración de los nuevos Estados pasó a manos de diferentes sectores políticos. Estos grupos, integrados casi mayoritariamente por criollos, se constituyeron como verdaderas élites y su actuación varió según el país. Por ejemplo, en México y Perú, los militares criollos integraron grupos con intereses políticos comunes. En principio, defendían los fueros que habían adquirido en la época colonial. Pero también incursionaron en política y muchos de ellos se convirtieron en gobernantes.

 Además de los militares, la mayoría de los que participaban en la vida política pertenecía a los sectores altos de la sociedad. Sin embargo, no todos los miembros de las clases altas actuaban en la política nacional. En muchos países, las provincias (o regiones) estaban controladas por terratenientes y comerciantes locales, quienes preferían estar al margen de los problemas políticos nacionales.

En general, los miembros de las élites políticas latinoamericanas admiraban los logros económicos de los británicos y de los Estados Unidos, y atribuían el atraso económico hispanoamericano al pasado colonial. Otra característica de estos grupos fue su fragmentación. Así, la falta de unidad hizo inevitable los sucesivos golpes de Estado y el estallido de guerras civiles.

Actividad 3

¿Qué modelos económicos admiraban las élites políticas hispanoamericanas? Elegí la opción correcta.

a.       Los modelos de los Estados Unidos e Inglaterra

b.       Los modelos regionales

c.        Los modelos de España y Francia

Una nueva forma de liderazgo: el caudillismo

Una de las principales consecuencias de la dificultad que tuvieron los Estados hispanoamericanos para imponer una autoridad que fuera reconocida en cada uno de los territorios nacionales fue la irrupción en la vida política de los llamados caudillos. ¿Quiénes eran los caudillos? Líderes locales que comandaban tropas integradas por gente de campo sobre la cual tenían gran predicamento. La mayoría de ellos eran jefes militares que habían alcanzado prestigio en las guerras de la Independencia.

Los caudillos establecieron un tipo de relaciones sociales y políticas muy distintas de las que habían vinculado a la población hispanoamericana con el rey de España y con la burocracia colonial. ¿Por qué? Porque ellos se caracterizaron por ejercer un liderazgo personalista, que era retribuido con fuertes lazos de lealtad personal por parte de sus subordinados, y por el hecho de que su legitimidad no fue reconocida por todos los sectores políticos.

En algunos casos, los caudillos se levantaron en armas contra los gobiernos centrales en defensa de los intereses locales. En otros, usaron su autoridad y su prestigio para reforzar las estructuras gubernamentales y evitar la fragmentación de sus respectivos países. En un caso como en el otro, la base de la legitimidad del poder de los caudillos no se basó en las constituciones ni en las instituciones estatales, sino en su prestigio y en una extensa red de relaciones personales tanto con los sectores populares como con las élites de las sociedades hispanoamericanas.

La sociedad y la militarización

Una de las consecuencias de las guerras de la Independencia fue la militarización de la sociedad. Este problema se acentuó en la etapa de la organización de las nuevas repúblicas y está muy relacionado con el auge del poder de los caudillos, que, entre otros factores, basaban su autoridad en el hecho de estar al frente de gente armada.

La militarización no presentó las mismas características en toda América Latina. En países como Perú y México, los caudillos tenían su base de apoyo en el ejército regular y con esa fuerza intentaron llegar y mantenerse en el poder. En cambio, en Venezuela o el Río de la Plata, el caudillo se apoyaba en la milicia local y en el respaldo de los terratenientes y comerciantes de su región.

La militarización tuvo un peso negativo sobre las economías de los nuevos Estados, ya que los distintos gobiernos se vieron obligados a gastar buena parte de sus escasos recursos financieros en la organización y el sostenimiento de los ejércitos. Este fenómeno fue común a toda América Latina durante gran parte de la primera mitad del siglo XIX.

Crisis políticas, guerras civiles y anarquía

Las estructuras sociales heredadas del período colonial, las dificultades para establecer una autoridad central reconocida por todas las regiones y el auge del caudillismo derivaron en innumerables conflictos que ocasionaron sucesivos períodos de crisis, guerras entre distintas facciones y el establecimiento de dictaduras a lo largo de casi todo el continente.

En las Provincias Unidas del Río de la Plata surgieron fuertes diferencias políticas y conflictos de intereses entre las provincias del interior del país y Buenos Aires. La defensa de las reivindicaciones del interior quedó en manos de los caudillos que, en su gran mayoría, defendieron el federalismo. Estas disputas también afectaron a Uruguay, donde los enfrentamientos fueron protagonizados por dos grupos antagónicos: blancos y colorados.

Otras regiones más atrasadas económicamente y con un alto porcentaje de población indígena debieron soportar por más tiempo las turbulencias. Por ejemplo, en Bolivia, desde 1825 y hasta casi entrado el siglo XX se produjeron innumerables levantamientos militares y el asesinato de varios presidentes. También Perú enfrentó estos problemas. Desde su conformación como república (1821) se sucedieron diferentes revoluciones que proclamaron presidentes-caudillos. Solo durante 1834 los peruanos presenciaron el ascenso y la caída de ocho presidentes.

Venezuela, Colombia y Ecuador surgieron en la década de 1830 con evidentes signos de inestabilidad. Los tres países padecieron constantes guerras civiles. En Centroamérica, las tensiones sociales y económicas que se iniciaron durante el último período colonial llevaron a encarnizados conflictos políticos y a la guerra civil. Además, estos países debieron sumar a sus enfrentamientos internos las intervenciones de México y de los Estados Unidos, que pretendieron ejercer su influencia en la región.

Controlar el Estado y sus recursos

La mayoría de los conflictos políticos latinoamericanos se produjo por dirimir quién controlaría el Estado y sus recursos. Así, diferentes sectores sociales y políticos se disputaron el control político. Por un lado, algunos terratenientes influían en sus regiones y se aliaban a los caudillos provinciales. Sin embargo, para la mayoría de estos grandes propietarios, la política nacional solo les significaba problemas económicos (impuestos, requisas de ganado) e inseguridad. En las ciudades, la actividad política era intensa. Había una verdadera élite intelectual formada por periodistas, profesores, funcionarios de gobierno y otros personajes conocidos como vendedores de influencia. Este grupo pudo ejercer cierto poder sobre el Estado.

Si bien las élites urbanas dominaban la política nacional, la mayoría de los gobiernos no controlaba efectivamente las provincias. De esta forma, las decisiones políticas que se tomaban se veían frustradas por la acción de los caudillos, que dominaban sus regiones. El problema era político, social e ideológico, y la tarea de organizar las repúblicas se convirtió en una cuestión muy compleja.

Actividad 4

Indica si estos enunciados son verdaderos o falsos.

a.       La influencia de los caudillos en la política de las naciones hispanoamericanas fue siempre negativa, porque impedían la consolidación de un poder central.

b.       Si bien la sociedad luego de las guerras de la Independencia permaneció fuertemente militarizada, esto no representó un problema para los nuevos Estados.

c.        Durante el siglo XIX casi todo el continente tuvo que enfrentar innumerables crisis, conflictos y guerras entre facciones.

d.       La mayor influencia en la política de los nuevos Estados provino de sectores de la Iglesia.

 

 La lucha ideológica: liberales y conservadores

Entre los distintos grupos que luego de la Independencia trataron de imponer sus ideas acerca de la mejor manera de organizar la economía y las estructuras gubernamentales de sus respectivas sociedades, se destacan dos: los liberales y los conservadores.

Si bien tanto liberales como conservadores recibieron las influencias de las obras de diversos pensadores europeos de la primera mitad del siglo XIX, su pensamiento no fue un simple reflejo de las discusiones que se producirán en Europa. Por el contrario, tanto unos como otros desarrollaron sus reflexiones tomando en cuenta una realidad social, política y económica, la latinoamericana, que era muy diferente de la que se vivía en el viejo continente.

Dos maneras de pensar la realidad política y social

El pensamiento liberal fue determinante al momento de producirse la Independencia. ¿En qué se basaba esta ideología? Básicamente, tenía una concepción individualista de la sociedad y de la economía. Además, los liberales creían en el principio de la igualdad jurídica, es decir, se oponían a las estructuras coloniales basadas en el sistema de castas. También querían poner límite a los privilegios (fueros) que tenían tanto los miembros de la Iglesia como los del Ejército. El pensamiento económico liberal era individualista, o sea que apoyaba la libertad de comerciar y de trabajar, y defendía la propiedad privada y al pequeño propietario. En muchos países, los liberales propiciaron la expropiación de las tierras de la Iglesia y, además, eran partidarios de eliminar las propiedades comunales indígenas.

 Por su parte, el pensamiento conservador criticaba al liberalismo por haber alterado el orden y la tradición colonial. Según los conservadores, la Independencia era una oportunidad para reorganizar el orden social y económico estableciendo un sistema político basado en una autoridad central fuerte. Desde el punto de vista social, los conservadores creían que la Iglesia católica podía desempeñar un papel muy importante en la tarea de dar estabilidad a la sociedad, por lo que buscaron mantener los privilegios que esa institución tenía en la época colonial.

En líneas generales, adherían al conservadurismo las personas que pertenecían a clases sociales con tradición aristocrática. Muchas de ellas habían nacido o vivido en ciudades que habían sido importantes en tiempos de la Colonia, por ejemplo, las capitales virreinales de Lima y México. Los liberales, en cambio, ocupaban posiciones más periféricas, a menudo procedían de pequeñas ciudades de provincia y con frecuencia tenían menos posibilidades de acceder a una educación superior.

Durante varias décadas, la lucha entre liberales y conservadores ocupó el centro de la historia política de América Latina.

Una nueva generación de políticos: los reformistas

Hacia fines de la década de 1840 surgió en Hispanoamérica una nueva generación de políticos liberales: los reformistas. Tenían el mismo espíritu que sus antecesores, pero encararon con más entusiasmo la misión de liberalizar las sociedades hispanoamericanas. ¿Qué defendían estos reformistas? Además de las libertades individuales, sostenían la libertad de conciencia, de prensa, la educación libre y el comercio. Desde el punto de vista jurídico, querían establecer un sistema judicial de tribunales y bregaban por la abolición de la pena de muerte.

En materia económica, estos nuevos liberales fueron partidarios de eliminar impuestos que aún se mantenían desde el período colonial, como la alcabala y el diezmo. También se opusieron a la intervención gubernamental en los asuntos económicos. Los reformistas se mostraron contrarios a las desigualdades y bregaron por la abolición de la esclavitud y por la incorporación de los sectores indígenas a la sociedad civil. Finalmente, consideraron como un tema crucial eliminar el poder y los privilegios de la Iglesia católica.

Actividad 5

Indica qué características pertenecen a estos grupos.

Concepción individualista de la sociedad y la economía

Confianza en el papel de la Iglesia Católica

Defensa de la igualdad jurídica                                                                       Liberales

Defensa de la propiedad privada                                                                                                                             

Deseo de mantener el orden colonial                                                             Conservadores

Sistema político basado en una autoridad central fuerte 

Los modelos constitucionales

Luego de la Independencia, los dirigentes latinoamericanos emprendieron un conjunto de reformas políticas, jurídicas, sociales, económicas y educativas. En ese contexto surgieron muchas ideas para redactar constituciones y organizar institucionalmente las nuevas repúblicas.

Las primeras constituciones fueron las que se sancionaron en Venezuela, Nueva Granada y Chile entre 1811 y 1812. Todas ellas eran de tipo liberal, ya que proclamaban la soberanía popular y consideraban a la ley como una expresión proveniente del deseo general. También establecían un gobierno representativo y reconocían como derechos naturales inalienables a la propiedad, la libertad, la seguridad y la igualdad ante la ley. Para proteger tales derechos, estas constituciones establecieron la división de poderes.

Las constituciones que se sancionaron entre 1819 y 1845 fueron de dos tipos. Hubo algunas que se inspiraron en la Constitución española de 1812. Este modelo de tipo liberal, llamado gaditano, fue el más utilizado en Hispanoamérica y contó con el apoyo de la élite intelectual. El segundo tipo de constitución fue el que se inspiró en el Estado napoleónico. Como Simón Bolívar lo defendía, a este modelo se lo llama napoleónico-bolivariano. Sus principales seguidores fueron los militares. El modelo pretendía establecer una república paternalista donde los hombres que ostentaban el poder contaban con gran cantidad de atribuciones y no estaban sujetos a elecciones periódicas, sino que permanecían en el cargo de manera vitalicia (durante toda la vida).

A partir 1845, con la llegada al poder de los llamados reformistas, la mayoría de las constituciones fue de corte netamente liberal. Entre esas constituciones, se destacan la argentina de 1853 y la mexicana de 1857. Esta última estableció la libertad de expresión, la libertad de asamblea y la libertad de portar armas. También prohibió los títulos de nobleza, las torturas y la pena de muerte.

¿Un Estado centralista o federalista?

Al momento de redactar los textos constitucionales, los políticos hispanoamericanos no sólo tomaron en cuenta los ejemplos de otros países, sino que también reflexionaron sobre sus propias realidades. En términos generales, existía un acuerdo con respecto a que los sistemas de gobierno serían del tipo republicano con división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Sin embargo, durante el período comprendido entre 1810 y 1845 la cuestión central consistió en establecer si ese Estado republicano sería centralista o federalista. Esto dio lugar a violentos conflictos en México, Centroamérica y el Río de la Plata.

El sistema federal aseguraba la autonomía de los gobiernos provinciales, al limitar las atribuciones del Poder Ejecutivo central y al concentrar importantes facultades en el Poder Legislativo, en el que estaban representadas todas las provincias. La extensión del sentimiento federalista se dio por diferentes causas en Hispanoamérica. En algunos casos pesaron más los intereses económicos. En otros como en México, primaron más los deseos de autonomía política y la aspiración de proteger las libertades individuales frente a las arbitrariedades del Estado central.

El modelo centralista, por su parte, pretendía crear gobiernos con Poderes Ejecutivos fuertes que pudieran ejercer un control único sobre las administraciones provinciales. La formación de gobiernos centralizados tuvo un período de auge en casi toda Hispanoamérica entre 1826 y 1845. Esto se debió a que, luego de 1825, los continuos desórdenes políticos y las crisis económicas hicieron que muchos dirigentes buscasen resguardar sus países de la anarquía y la disgregación confiriendo mayor poder a los jefes de Estado. Entre esos poderes, se destaca el de designar a los gobernadores de las provincias o Estados.

La aceptación de las ideas constitucionales

Las constituciones latinoamericanas fueron redactadas por grupos de políticos intelectuales que tenían estudios universitarios y se desempeñaban como ministros o diputados. Asimismo, algunos de ellos habían viajado al exterior y tomado contacto con otras realidades.

Pero además de los sectores universitarios, existían otros actores políticos que tuvieron a su cargo funciones de gobierno: militares, caudillos regionales, comerciantes, etc. Estos hombres tomaban decisiones en función de sus propias experiencias de vida y muchos de ellos no se interesaron por respetar las ideologías o lo que establecían las constituciones. En consecuencia, los militares defendían los intereses de la corporación a la que pertenecían; los caudillos solían actuar en defensa de las oligarquías locales y los comerciantes se preocupaban por la defensa de las reglamentaciones que fueran favorables para el buen desarrollo de sus negocios.

Así, durante la primera mitad del siglo XIX, para vastos sectores políticos no intelectuales, los preceptos constitucionales se convirtieron en letra muerta que pocos respetaban.

Actividad 6

Selecciona los conceptos adecuados para formar enunciados correctos.

1.              El modelo gaditano, que proponía...

 

a.       Una organización centralista y fuerte con gran control sobre los ciudadanos.

b.      Una república paternalista con poderes ejecutivos vitalicios.

c.       Una organización de tipo liberal

 

2.              El modelo napoleónico-bolivariano, que sostenía la necesidad de constituir..

.

a.       Una organización centralista y fuerte con gran control sobre los ciudadanos.

b.      Una república paternalista con poderes ejecutivos vitalicios.

c.       Una organización de tipo liberal

Chile: un modelo de estabilidad política

A partir de 1833 Chile, bajo la dirección de los conservadores, comenzó a experimentar estabilidad política y desarrollo económico. Esta etapa, que se extiende prácticamente hasta finales del siglo XIX, es conocida por los historiadores como la de la república conservadora.

Las bases del orden conservador

Luego del fin de la dominación española, Chile atravesó una época de agitaciones políticas. Durante esa etapa, el director supremo Bernardo O'Higgins intentó imponer un modelo progresista en materia económica, pero autoritario en cuestiones políticas. Por esa razón fue acusado de gobernar como un déspota, debido a lo cual tuvo que exiliarse en Perú. Luego de su fracaso, los liberales y federalistas (los llamados "pipiolos") trataron de organizar el país. Pero fueron enfrentados y vencidos por los sectores conservadores (los llamados "pelucones") encabezados por el general conservador José Joaquín Prieto, quien asumió la presidencia del país.

La figura central del gobierno de Prieto fue Diego Portales, quien se desempeñó como ministro del Interior, de Relaciones Exteriores y de Marina y Guerra. ¿Quién era Diego Portales? Un hombre de origen modesto que se enriqueció gracias al comercio y se lanzó a la política defendiendo los ideales de los conservadores. Una vez en el poder, Portales impulsó la sanción, en 1833, de una constitución que expresaba ese pensamiento. Esa constitución estableció un sistema republicano, centralista, católico y autoritario. Este modelo, que confirió poderes excepcionales al Poder Ejecutivo, permitió establecer la paz, el orden y la estabilidad política en Chile.

Para limitar el poder de los militares que habían luchado en las guerras de la Independencia, Portales decretó el exilio forzoso de todos los oficiales que habían participado en alzamientos liberales durante la década de 1820. Respaldado por las clases altas de Santiago, creó milicias al mando de oficiales de esas clases y además animó a los hijos de familias distinguidas a seguir la carrera militar dentro del ejército regular. Así se logró ponerle límites al problema del militarismo.

La estabilidad lograda permitió al gobierno chileno desarrollar una activa política cultural, que incluyó la creación de universidades y escuelas primarias. En 1840 se inauguró la primera escuela normal, dirigida por Domingo F. Sarmiento, quien había huido a Chile para evitar las persecuciones de Rosas.

Una economía en expansión

A partir de 1830, la minería de la plata y el cobre experimentó en Chile una etapa de gran expansión. Surgió entonces una clase de empresarios mineros muy prósperos que se aliaron a los tradicionales terratenientes agropecuarios. Estos dos sectores realizaron inversiones destinadas a mejorar el comercio de exportación.

Gracias a esas inversiones, el puerto de Valparaíso se convirtió en un importante centro de venta de productos chilenos (minerales, cereales, vinos) a la región de California, sobre el Pacífico norte. Así, Chile se convirtió en un abastecedor de alimentos para la costa oeste de los Estados Unidos. El Estado se benefició de ese comercio de exportación, ya que captó ingresos aduaneros que le permitieron mantener por mucho tiempo una economía sólida y en expansión.

Actividad 7

¿Cuál de los siguientes factores permitió a Chile mantener una economía en expansión durante la mayor parte del siglo XIX?

3.              La aplicación de un modelo económico liberal.

4.              El creciente comercio exterior que le permitió tener altos ingresos aduaneros.

5.              El desarrollo de la ganadería.

 

México: de imperio a república

Luego de la declaración de la Independencia de México, en 1821, el brigadier Agustín de Iturbide estableció una monarquía constitucional. Así surgió el Imperio Mexicano como una nación independiente. En 1822 Iturbide fue proclamado emperador con el nombre de Agustín I.

El llamado "Imperio de Iturbide" no duró mucho, pues no tenía suficientes apoyos políticos. A fines de 1822, un joven comandante, Antonio López de Santa Anna, encabezó una sublevación que destituyó al emperador y al año siguiente proclamó la república. En 1824, un Congreso Constitucional adoptó un modelo republicano federal similar al de los Estados Unidos. Sin embargo, no se logró una estabilidad política, ya que muy pronto se produjeron enfrentamientos entre federalistas y centralistas.

En 1829 tropas españolas invadieron México, pero el general Santa Anna logró vencer a los invasores. La influencia política de Santa Anna fue en ascenso y en 1833 asumió como presidente. A pesar de que el Congreso estaba dominado por los liberales, Santa Anna, con el apoyo del Ejército, logró imponer un modelo conservador y en 1835 sancionó una constitución centralista, que provocó la reacción de varias provincias del país.

Una de esas provincias fue Texas, cuyos habitantes (la mayoría de ellos estadounidense) se levantaron en armas contra el modelo centralista. El general Santa Anna dirigió personalmente la campaña militar. Tras vencer a los texanos en El Álamo, fue derrotado en San Jacinto y tomado prisionero. En 1836 Texas se declaró independiente de México y Santa Anna debió firmar un tratado que garantizaba su independencia.

En 1845 estalló una guerra entre México y los Estados Unidos. La guerra fue fácilmente ganada por los norteamericanos, que se anexaron Texas y todos los territorios situados al norte del río Grande o Bravo. Así México perdió la mitad de su territorio.

El ascenso de los liberales

En 1855 el general Santa Anna fue obligado a abandonar México. Fue sustituido por un gobierno liberal en el que sobresalieron los ministros Miguel Lerdo de Tejada y Benito Juárez. Estos políticos implementaron una serie de reformas con el fin de abolir los privilegios de los sectores conservadores, principalmente la Iglesia y los militares. Así, la llamada Ley Juárez (1855) restringió el poder de la Iglesia y eliminó beneficios que tenían los militares. La Ley Lerdo (1856), por su parte, dispuso la venta de las tierras pertenecientes a la Iglesia. Estas medidas provocaron una guerra civil que terminó con el triunfo de las fuerzas liberales.

Un nuevo conflicto se desencadenó cuando México no reconoció una deuda que tenía con Francia. En 1862 los franceses, apoyados por los conservadores, ocuparon el país y crearon un imperio que pusieron al mando de Maximiliano de Habsburgo como emperador. La resistencia fue encabezada por los liberales, acaudillados por Benito Juárez. En 1867 estos lograron expulsar a los franceses y, tras fusilar a Maximiliano, proclamaron a Juárez presidente de la república, cargo que ocupó hasta su muerte, en 1872.

Actividad 8

¿Cuál fue la consecuencia de la derrota del general Santa Anna en San Jacinto?

1.              La separación del territorio mexicano de Texas.

2.              El estallido de la guerra entre Estados Unidos y México.

3.              La sanción de una constitución conservadora.

 

El Imperio del Brasil

Luego de la proclamación de la Independencia del Brasil, en 1822, los grupos sociales dominantes optaron por establecer un régimen monárquico que asegurara la paz y evitara la fragmentación del país. Así, Pedro I asumió como emperador del Brasil, aunque comprometiéndose a promulgar una constitución. El emperador contaba con el apoyo de los Estados de Río de Janeiro, San Pablo y Minas Gerais, mientras que la región del nordeste brasileño se resistía a obedecerlo y reclamaba su autonomía. De allí que su período de gobierno fue de constantes tensiones y conflictos políticos.

En 1823 se reunió la Asamblea Constituyente. Durante sus sesiones, los liberales intentaron limitar el poder del emperador, ya que este se mostraba muy absolutista, pero no tuvieron éxito. Después de arduas discusiones, Pedro I decidió disolver la Asamblea. Junto a un Consejo de Estado redactó la llamada Constitución de 1824, que era centralista, ya que facultaba al monarca para nombrar a los presidentes de los Estados. En el ejercicio del poder el emperador estaba acompañado por un Poder Legislativo formado por senadores vitalicios, cuyos cargos eran de por vida. Estos eran elegidos por el monarca y por diputados electos indirectamente mediante el voto de aquellos que alcanzaban cierto nivel de riqueza. Esta es la razón por la que se afirma que este régimen electoral era censitario (Principio por el cual solo votan los ciudadanos que tienen un determinado nivel de ingresos anuales.)

La crisis de la monarquía y la regencia

Tras la sanción de la Constitución, los problemas se sucedieron uno tras otro. En 1824 se produjo una tentativa separatista de los Estados de Pernambuco, Paraíba, Río Grande del Norte y Ceará, que deseaban instaurar un gobierno republicano. Pero este movimiento separatista resultó derrotado. Un conflicto mayor fue el que generó la anexión de la Banda Oriental al Imperio como Provincia Cisplatina (1822), ya que desencadenó la guerra con las Provincias Unidas del Río de la Plata. Este conflicto concluyó con la firma de un tratado de paz que proclamó la Independencia de la Banda Oriental (1828).

La guerra afectó las finanzas del Imperio y provocó el descontento en la población, que debió soportar una gran inflación. Pedro I no pudo soportar las presiones, por lo que en abril de 1831 se vio obligado a abdicar en favor de su hijo Pedro, de cinco años. Durante su minoría de edad, se estableció una regencia que abolió el Consejo de Estado y concedió mayores poderes a las asambleas regionales.

En 1840, se declaró la "mayoría de edad" del emperador Pedro II, quien inició un proceso de recentralización política cuyo objetivo era mantener la unidad del país y manejar los conflictos políticos entre liberales y conservadores. Los liberales consideraron que el nuevo emperador pretendía gobernar de manera despótica, por lo que comenzaron a expresar sus reclamos de libertad, federalismo y república. Esos reclamos fueron muy fuertes en la cafetalera región de San Pablo, cuya economía era una de las más dinámicas del país.

Actividad 9

Selecciona los conceptos que indiquen características de la monarquía constitucional impulsada por Pedro I.

Separatismo                                                           Autonomismo

Absolutismo                                                                       Legisladores Vitalicios

Liberalismo                                                             Parlamento electivo

Voto Censitario                                                       Centralismo

 

Actividad 10

Selecciona los conceptos que mejor expliquen los problemas que después de las guerras de la Independencia obstaculizaron la organización de los nuevos Estados.

a.       La insistencia de España en recuperar sus territorios de ultramar.

b.      Las luchas entre distintas facciones por la imposición de distintos proyectos.

c.       La militarización de la sociedad.

d.      La falta de voluntad de reconstrucción de los Estados por parte de los dirigentes.

e.       El surgimiento del caudillismo a causa de la dificultad de los Estados para imponer su autoridad. 

2.      Completa el cuadro con las características de cada ideología. Utiliza los conceptos de la lista:

a.       Control fuerte por parte del Estado

b.      Defensa de la propiedad privada

c.       Expropiación de bienes.

d.      Mantenimiento de los privilegios.

e.       Eliminación de las castas

f.        Rol en la estabilidad de la sociedad

 

 

Liberales

Conservadores

 Organización económica y política

 

 

Organización social

 

 

Rol de la Iglesia 

 

 

3.      Relaciona con flechas estos hechos con el país correspondiente. 

Régimen Monárquico                                                  

Ley Juárez                                                                                                  México

Guerra con los Estados Unidos                                                                         Brasil

Guerra con las Provincias Unidas del Río de la Plata

4.      Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.

a.       Las primeras constituciones hispanoamericanas consagraron ideales de tipo liberal.

b.      Uno de los problemas que debieron superar los Estados en su formación fue la actitud corporativa de algunos grupos como los militares.

c.       Chile pudo organizarse políticamente y crecer en su economía gracias a la sanción de una constitución republicana, liberal y laica.

d.      Maximiliano de Habsburgo fue nombrado emperador de México con el objetivo de imponer una autoridad neutral y evitar los conflictos. 

5.      ¿Cuál fue el resultado de los proyectos unificadores americanos?

a.       El éxito

b.      El fracaso

c.       Del éxito en algunos casos y el fracaso en otros 

6.      Se dice que durante las décadas inmediatamente posteriores a la Independencia los preceptos constitucionales eran “letra muerta” porque…

a.       No se cumplían

b.      Quienes lo habían redactado ya estaban muertos

c.       No representaban a los habitantes de los Estados