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Trabajo Práctico 8 “Las Provincias Unidas después de la Independencia”

Trabajo Práctico  8 “Las Provincias Unidas después de la Independencia”

Actividades de comprensión lectora

Actividad 1 

  1. Subraya las ideas principales de los textos titulados:

a.  Independencia sin Constitución; Las ideas monárquicas en el Congreso de Tucumán; La disolución del gobierno central (1820).

b.      Realiza una red conceptual con las ideas subrayadas 

2.                         Realiza un relato breve sobre cada uno de los videos:

a.       Una Organización postergada  

b.      El caudillismo como modelo político.  

c.       Unitarios y Federales - De 1819 a la Batalla de Cepeda

  

3.      Lee el texto de Pacho O’Donnell: Caudillos federales: el grito del interior y responde

a.       ¿Cómo describe el autor a los caudillos?

b.      ¿Cómo los describe la historia? 

4.      Con el libro de texto, páginas incluidas en documento aparte, realiza las siguientes consignas:

a.       Realiza una línea de tiempo con los siguientes acontecimientos ocurridos entre 1820 y 1830:

        Presidencia de Bernardino Rivadavia- Tratado de Vinará- Tratado del Pilar- Inicio del gobierno de Martín Rodríguez- Creación de la Sociedad de Beneficencia- Fundación de la Universidad de Buenos Aires- Estallido de la Guerra con el Brasil- Independencia de la Banda Oriental.

 

b.       Completa el cuadro 

 

Tratado

Año

Disposiciones

Pilar

 

 

Benegas

 

 

Vinará

 

 

c. 

    Responde si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones y fundamenta las falsas

               i.      La disolución de los cabildos y la creación de las Salas de Representantes, frenó la formación de los Estados provinciales.

         ii.      Las reformas rivadavianas impidieron la modernización económica y cultural de la provincia de Buenos Aires.

              iii.      Los unitarios querían organizar un Estado central que respetara el poder de las provincias para gobernarse a sí mismas.

        iv.      La independencia de la Banda Oriental fue una de las consecuencias de la Guerra con el Brasil.   

5.       En 1825 se produjo la guerra con el Brasil, responde:

a.       ¿Cuáles fueron los motivos de dicha guerra?

b.      ¿Qué relación puedes establecer entre la guerra y la llegada al poder de Rivadavia?

c.       ¿En qué consistió el bloqueo impuesto por las naves brasileñas al puerto de Buenos Aires? ¿Cómo incidió en el desarrollo de la guerra? 

6.      Completa el cuadro con las reformas

Económicas

Políticas

Militares

Eclesiásticas

Educativas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actividad 2

1.        Lee la Carta de Salvador María del Carril a Lavalle y responde

“Señor general don Juan Lavalle:

(...) Ahora bien, general, prescindamos del corazón en este caso (...) Así, considere usted la suerte de Dorrego. Mire usted que este país se fatiga 18 años hace, en revoluciones, sin que una sola haya producido un escarmiento (...). En tal caso, la ley es que una revolución es un juego de azar en el que gana hasta la vida de los vencidos cuando se cree necesario disponer de ella. Haciendo la aplicación de este principio de una evidencia práctica, la cuestión me parece de fácil resolución. Si usted, general, la aborda así, a sangre fría, la decide; si no, yo habré importunado a usted; habré escrito inútilmente, y lo que es más sensible, habrá usted perdido la ocasión de cortar la primera cabeza a la hidra, y no cortará usted las restantes; ¿entonces, qué gloria puede recogerse en este campo desolado por estas fieras? Nada queda en la República para un hombre de corazón.”

Salvador María del Carril

12 de diciembre de 1828.

(Salvador M. Del Carril, político de ideas unitarias, fue ministro del gobierno de Rivadavia antes del fusilamiento de Dorrego y más tarde ministro del gobierno de Lavalle.)

a.        ¿Qué solicita del Carril a Lavalle?

b.        Según lo leído hasta aquí, ¿Cuáles te parecen las causas por las que del Carril le escribe a Lavalle?

 

2.        Observa el video y realiza un relato en el cual establezcas medidas adoptadas por el gobernador Dorrego, características políticas de su gobierno, causas que generaron su fusilamiento

https://www.youtube.com/watch?v=9U3sOW1YzV0

3.        Responde si las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F) 

a.        Las relaciones de Dorrego con las provincias del interior se hallaban en condiciones favorables y de alianzas para establecer a futuro la sanción de una Constitución nacional.

b.        El fusilamiento de Dorrego, fue realizado sin previa organización por Juan Lavalle y sus 33 Orientales.

c.        Dentro de los enemigos de Dorrego, se pueden mencionar a Rivadavia, Salvador María del Carril, entre otros

d.        Manuel Dorrego tenía como bandera al unitarismo porteño, lo que generó el resentimiento de los hacendados bonaerenses.

4.        Resuelve el siguiente acróstico

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Referencias

                                 

 

1- General unitario que acompañó a Dorrego hasta el momento de su fusilamiento.

 

2- Nombre con el que Dorrego se refiere a su esposa.

             

 

3- Lugar donde fue fusilado.

                         

 

4- General que llevó a cabo el fusilamiento.

                   

 

5- Ideas políticas del gobernador.

                       

 

6- País vecino, con el que tuvo que enfrentar una guerra.

           

 

7- Mes en el que se produjo el derrocamiento del gobernador

         

 

8- Con la firma de paz con Brasil, se independizó la …......., con el nombre de

 

 

 

República Oriental del Uruguay.

                     

 

9- Una de las medidas de gobierno fue la de poner precios máximos a …

   

 

10- Principal enemigo de Dorrego.

                       

 

11- Gobernador de Santa Fe, a quién Dorrego envía una de sus cartas.

     

 

12- País que también apoyó a los unitarios contra Dorrego.

           

 

13- Gobernador de la provincia de Córdoba

                   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Información para realizar las actividades

Los años posteriores a la Independencia de las Provincias Unidas no fueron nada sencillos. Los desacuerdos en torno a cómo organizar el país hicieron de este período una etapa complicada y llena de incertidumbres. No obstante, una frágil unión entre las provincias subsistía a través de pactos y tratados. En este video conocerás un poco más acerca de este turbulento período.

Independencia sin Constitución

Mientras San Martín organizaba la expedición hacia Chile y Perú, Alvear inició tratativas diplomáticas con Inglaterra, con el objetivo de esta­blecer un protectorado inglés sobre las Provincias Unidas. La mayoría de los jefes provinciales consideraron a Alvear un traidor, y Artigas, con la ad­hesión de Entre Ríos, Santa Pe y Corrientes, encabezó la rebelión contra el Directorio.

En ese difícil clima político, se convocó, en 1816, la reunión de un nuevo congreso constituyente en la ciudad de Tucumán. Sus objetivos eran elegir un nuevo director supremo, redactar una Constitución que organiza­ra el país y resolver sobre la independencia de España.

La decisión más importante que tomó el Congreso fue la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata respecto del dominio español, el 9 de Julio de 1816. Aunque los gobiernos de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental no habían enviado enviaron sus re­presentantes al Congreso, todas las provincias estaban de acuerdo en esta decisión. Las diferencias surgieron cuando se discutió sobre la posible Constitución y la forma de gobierno que se debía adoptar. La gravedad de la situación internacional llevó a se planteó plantear la opción en­tre un sistema monárquico y un sistema republicano. Casi todos los diputa­dos del interior rechazaron las ideas monárquicas, ya que para la mayoría de la población (afirmaban) la monarquía estaba asociada con la opresión y la injusticia que habían soportado durante el dominio español.

Las ideas monárquicas en el Congreso de Tucumán

Las propuestas de adoptar la mo­narquía como forma de gobierno para las Provincias Unidas estuvie­ron relacionadas con la situación internacional e interna en 1816. Belgrano y San Martín, hombres comprometidos con los principios liberales de la forma republicana de gobierno, fueron dos de los más firmes defensores del esta­blecimiento de una monarquía. Afirmaron que la revolución ame­ricana había perdido prestigio y apoyo en Europa por el continuo desorden y anarquía que genera­ba; y que una monarquía, además de agradar a la Santa Alianza, iba a permitir establecer el orden in­terno para continuar la lucha por la independencia. Todos los pro­yectos proponían una monarquía constitucional, según el modelo del liberalismo político. Fueron va­rias las dinastías en las que se pen­só para ocupar el trono: un des­cendiente de los incas, un infante de la casa reinante en España, y un miembro de la familia real por­tuguesa que también reinaba en el Brasil. Finalmente, estas ideas no lograron imponerse.

La disolución del gobierno central (1820)

Los problemas y debates políticos continuaron en el seno del Congre­so. En 1817 comenzó a sesionar en Buenos Aires y allí la influencia de los diputados porteños fue cada vez mayor. Finalmente, en 1819 se sancionó una Constitución centralista y conservadora, que favorecía los intereses de Buenos Aires. Esto provocó la reacción de los jefes provinciales de Santa Fe —Estanislao López— y de Entre Ríos —Francisco Ramírez—, quienes avanzaron sobre la ciudad de Buenos Aires y el 1 ° de febrero de 1820 de­rrotaron —en Cepeda— al ejército del gobierno central. Disolvieron el Congreso, publicaron las actas secretas en las que figuraban las tratativas monárquicas y suprimieron el cargo de director supremo. A partir de este momento, Buenos Aires se constituyó como provincia independiente, eli­gió un gobernador y renunció a la conducción de todo el país.

En 1820 se cerró un primer ciclo de la Revolución. Durante diez años, la realidad demostró a todos los grupos sociales que la organización de un gobierno central no era suficiente para constituir el nuevo país. Era necesa­rio también transformar el orden económico y político de la sociedad que, en muchos aspectos, todavía era el de la época virreinal. Las fuerzas provin­ciales que triunfaron en 1820 sostenían la necesidad de organizar un nuevo gobierno central, pero sobre la base de nuevos principios.

Después de 1820 hubo algunos intentos de organizar un gobierno cen­tral, pero esto sólo fue posible luego de varias décadas. Entre tanto, las pro­vincias se gobernaron en forma autónoma y mantuvieron relaciones me­diante pactos, ya que nunca renunciaron a la idea de formar parte de un mismo país. Debieron pasar más de treinta años de luchas para que en 1853 el país lograra la Constitución de un Estado unificado. 

https://www.youtube.com/watch?time_continue=7&v=D7Q0fA56Js8&feature=emb_logo    Una organización postergada 

El caudillismo es un fenómeno que dio origen a numerosas discusiones historiográficas. Más tradicionales unas, más modernas y revisionistas otras, tanto las primeras como las segundas dan cuenta de un complejo fenómeno que tuvo lugar en la América Latina en sus primeros años de vida independiente. A continuación, conocerás la opinión del historiador Gustavo Beyhaut sobre el tema. 

https://www.youtube.com/watch?time_continue=16&v=sXw8Ze6Px6o&feature=emb_logo    El caudillismo como modelo político

Caudillos federales: el grito del interior

Tras la conquista de la independencia, Buenos Aires consolidó su hegemonía política y económica sobre el resto del país. El puerto y la aduana recaudaban, pero no compartían; las facilidades impositivas y financieras que el gobierno central otorgaba a sus aliados comerciales hundían a las economías provinciales. Al tiempo que la ciudad-puerto buscaba mirarse en el espejo de Europa, en las provincias la tradición criolla echaba raíces profundas.

Ni ángeles ni diablos, los caudillos fueron hombres de sus provincias que supieron encarnar los sentimientos y las convicciones de sus pueblos y encabezar la lucha contra el avasallamiento de la oligarquía porteña, expresado tanto en sus disposiciones políticas y económicas como en su presencia militar.

La historia oficial, esa que escribieron los vencedores, los tachó de 'bárbaros', 'atrasados', 'ignorantes'. Pero Pacho O´Donnell demuestra en estas páginas, de manera concluyente, que Artigas, Güemes, Ramírez, López, Bustos, Quiroga, Aldao, Ibarra, Peñaloza, Várela y Urquiza fueron en realidad personajes fascinantes, que supieron ganarse la devoción de los suyos encabezando la lucha contra el verdadero significado del 'progreso' proclamado por los porteños: ese que iba inevitablemente asociado con la postergación y la ruina del interior.

… El caudillo era alguien investido de poder y prestigio por los suyos que reconocían en él a un líder que era capaz de conducirlos eficazmente en la lucha por intereses o principios que compartían. Nuestra historia liberal, plasmada por los unitarios vencedores en la guerra civil, los condenó al sótano de sus “malditos”, pintándolos como bárbaros, crueles e ignorantes, castigándolos en la memoria colectiva de argentinas y argentinos por su oposición a los “civilizados”, en la disyuntiva planteada con su habitual brutalidad semántica por Sarmiento. Lo cierto es que la escasa base económica de su accionar, por las razones apuntadas, hacía que la posibilidad de financiar sus montoneras y sus necesidades en armas, animales y bastimentos se basara en la imposición de fuertes contribuciones obligatorias en los territorios que dominaban, como así también al saqueo, que muchas veces funcionaba como la paga a sus hombres.

Pero su barbarie no sería mayor que la de sus enemigos, que también exprimían y saqueaban, y en algunos casos fueron insólitamente humanitarios, como haber conservado la vida de su principal enemigo, el jefe de la Liga Unitaria, José María Paz, luego de caer prisionero de Estanislao López, quien lo enviaría a Buenos Aires para que Rosas decidiese sobre su suerte….

Los caudillos eran líderes que se habían destacado en los campos de batalla durante las guerras de independencia, y que sumaron a su prestigio en las regiones en las cuales habitaban, enormes extensiones de tierras y una creciente autoridad política.

En la mayoría de los casos, los caudillos identificaban sus intereses materiales con los de su localidad o región e intentaban influir en la forma de organizar a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Tales fueron los casos de Juan Bustos en Córdoba, Estanislao López en Santa fe, Facundo Quiroga en La Rioja, o Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires.

Generalmente, los caudillos provenían de familias que habían sido poderosas durante la época colonial, propietarios de tierras y con cargos militares, como Rosas o López. Peones de estancias y gauchos integraban las milicias de los caudillos y eran movilizados detrás de los conflictos de sus patrones, quienes los   protegían a cambio de lealtad y servicio y eran vistos como protectores y proveedores de trabajo, alimento y vivienda. La condición indispensable para llegar al gobierno o influir en una provincia  o región era, junto con la posesión de riqueza, el hecho de tener el control de las milicias del lugar. Tal es el caso de Quiroga, comerciante y estanciero de la Provincia de La Rioja, quien llegó a ser gobernante de su provincia, luego de ser nombrado capitán de las milicias de San Antonio, en 1816, y comandante general de la provincia en 1827. 

 Unitarios y Federales - De 1819 a la Batalla de Cepeda

https://www.youtube.com/watch?time_continue=11&v=T0VfngNDgDQ&feature=emb_logo

 De ciudades a provincias

 Los estados autónomos surgidos a partir de 1820 no fueron el producto de la disgregación de una nación preexistente, sino el punto de partida para una organización político-estatal sobre la única unidad sociopolítica existente: la ciudad-provincia. El conjunto de normas fiscales, legislativas y políticas que las provincias se otorgaron, ante el fracaso en la construcción de un Estado rioplatense, testimonia los esfuerzos de las élites provinciales para consolidar espacios soberanos sin perder la denominación de provincias. Las provincias no surgieron como partes integrantes de un Estado superior a ellas, sino como Estados independientes que llegaron, incluso, a asumirse como sujetos de derecho internacional. De modo que la tendencia a confluir en el futuro Estado nacional argentino convivió, durante la primera mitad del siglo XIX, con la tendencia a la autonomía de la provincia. (Como se puede observar en el mapa)

La "feliz experiencia" del gobierno de Martín Rodríguez en la provincia de Buenos Aires (1821-1824) 

En Buenos Aires, las transformaciones experimentadas a partir de 1820 fueron profundas y significativas. La existencia de un proyecto compartido entre los miembros del gobierno bonaerense acerca de la necesidad de la expansión de la ganadería y el apoyo de los terratenientes y estancieros a este proyecto sentaron las bases de la llamada "feliz experiencia" del gobierno de Martín Rodríguez, con Bernardino Rivadavia como figura clave de las reformas. No obstante, este crecimiento de la economía provincial se produjo en el contexto de una lucha facciosa entre intereses contrapuestos. En esta lucha, los británicos jugaron un rol de arbitraje. Se le llama “feliz experiencia” porque la provincia de buenos aires creció mucho.

Las Reformas

El objetivo de este gobierno fue el de organizar internamente Buenos Aires para que creciera como un estado eficiente y rico. La tendencia de este gobierno fue unitaria. Martín Rodríguez nombró secretario de Hacienda a Manuel José García y secretario de Gobierno a Bernardino Rivadavia; este último elaboró un conjunto de reformas políticas, económicas y culturales para el desarrollo de la provincia conocidas como reformas rivadavianas. El principal objetivo de este fue centralizar el poder, al tiempo que tendía a racionalizar y mejorar la administración, la economía, el ejército y la cultura, bajo el modelo de los estados europeos.

Económicas: se adjudicó el manejo exclusivo del puerto y la aduana de Buenos Aires. Se dictaron leyes de retiro de empleados civiles y de retiros militares de aquellos que habían luchado en la guerra de la Independencia, a fin de lograr una reducción de los gastos. Se inició la elaboración anual del presupuesto, que se presentaba a la Sala de Representantes, la cual debía aprobar los gastos y establecer los ingresos.

Banco de Descuento: fue creado en 1822, sus funciones eran descontar letras, pagarés y obligaciones, recibir depósitos y emitir papel moneda.

El primer empréstito extranjero:

Con el objetivo de construir el puerto, la red de agua potable de la ciudad y establecer pueblos y ciudades, se pidieron prestados $1.000.000 (de la época) a la Baring Brothers de Londres. La Baring retuvo más de la mitad del total, que nunca entregó, y casi todo lo que entregó lo hizo, no en moneda metálica, sino en letras de cambio contra casas comerciales en Londres.

Las obras previstas nunca se realizaron: una parte del préstamo se destinó a la creación del Banco Nacional, otra para costear la guerra del Brasil y el resto para empréstitos a comerciantes.

El sistema de enfiteusis: La política financiera de la provincia originó la hipoteca de la tierra pública, entregada en garantía de la deuda interna y externa, lo que imposibilitaba su venta. Entonces, Rivadavia decidió aplicar el sistema de “Enfiteusis”, que consistía en un arrendamiento de tierras del estado a particulares a largo plazo, a cambio del pago de una renta. Lo recaudado de esta manera se destinaba al pago de la deuda. Esta política se llevó a cabo en Buenos Aires; luego, por iniciativa del posterior presidente Rivadavia, se extendió a todo el país. Los resultados de la medida no fueron afortunados: los jurados encargados de establecer el monto a pagar fijaron precios muy bajos y los enfiteutas no pagaron con regularidad. Finalmente, el sistema de enfiteusis contribuyó a la formación de latifundios.

Políticas: Se suprimieron los cabildos. Para lograr la pacificación interna se votó la Ley del Olvido, que permitió regresar a los desterrados y se inició un clima de distensión política. Terminada la guerra de la Independencia, la provincia heredó un ejército numeroso e indisciplinado. La reforma militar propuso una reducción drástica para aliviar las cuentas de la provincia. Se sancionó la Ley de Retiro de empleados civiles. Se formó la Junta de Representantes, formada por diputados elegidos por el pueblo. El poder ejecutivo estaría a cargo de un gobernador que duraría 3 años y sería elegido por la Junta de Representantes.

Sociales: Creó el Archivo General. Fundó la Bolsa de Comercio. Estableció la Sociedad de Beneficencia. Reorganizó la administración de correos. Promulgó las leyes de reforma de la policía. Estableció escuelas en pueblos de frontera y fortines.

Eclesiásticas: Rivadavia, mediante la Ley de Reforma del Clero, sometió a la Iglesia al control del Estado, abolió el fuero eclesiástico y el diezmo, se suprimieron algunas órdenes religiosas y algunas tierras de los conventos fueron secularizadas. La Iglesia, además, padeció la reducción de sus funciones educativas. La reforma persiguió la modernización de un sector de la sociedad que no había tenido cambios desde antes de la Revolución de Mayo.

Educativas: El estado provincial impulsó una expansión del sistema educativo en todos los niveles, sobre la base de los modelos europeos, intentando reemplazar a la Iglesia en la responsabilidad de educar.

La educación elemental: Rivadavia consideraba a la educación de suma importancia para la elevación del pueblo y el engrandecimiento de la Nación, impartiéndola en forma gratuita; al mismo tiempo eliminó la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.

En la ciudad y en la campaña creó numerosas escuelas, en las cuales se aplicó el sistema lancasteriano: los alumnos aventajados colaboraban con el maestro en el proceso de enseñanza.

El Colegio de Ciencias Morales. Reestructuró el antiguo colegio de la Unión del Sud con el nombre de Colegio de Ciencias Morales; modernizó el plan de estudios, instaló un internado y otorgó becas. En el Colegio –que sería suprimido en 1830 por falta de presupuesto- se formó gran parte de la juventud que se destacó en la etapa de la organización nacional.

La creación de la Universidad de Buenos Aires: En 1821 el gobernador Martín Rodríguez y su ministro Rivadavia dispusieron la creación de la Universidad de Buenos Aires, su legado más importante en materia educativa.

Sociedad de Beneficencia: creada en 1823 que funcionó hasta 1875 para formar a las niñas en las escuelas de su dependencia, para la formación de maestras y también se crea la Escuela Normal para la formación de maestros

 Gobierno de Dorrego

El coronel Manuel Dorrego, alma del partido federal en los debates del Congreso, pudo ejercer ampliamente su preeminencia política, colocar sus amigos al frente de las funciones públicas y estrechar vínculos con los gobernadores de provincia, especialmente con los de Santa Fe, Santiago del Estero, Entre Ríos, Salta y Córdoba.

La herencia de Rivadavia

El gobernador Dorrego se encontró ante tareas de extraordinario alcance y responsabilidad; como encargado de las relaciones exteriores y de la guerra y la paz debía continuar la guerra contra el Imperio del Brasil; el estado financiero era deplorable, el país se hallaba desorganizado, era difícil reunir los contingentes provinciales para el ejército. Al asumir el mando, reconoció abiertamente: "La época es terrible, la senda está sembrada de espinas; no es, pues, posible allanarla sin que cada cual concurra con los recursos contenidos en la esfera del poder".

Dorrego y las provincias

Durante la época de Rivadavia las provincias habían vuelto la espalda a Buenos Aires; Córdoba aguijoneaba la resistencia; las provincias cuyanas celebraron el pacto de Huanacache el 1° de abril de 1827 para mantener sus derechos y libertades hasta la adopción de la Constitución nacional, una alianza ofensiva y defensiva.

Dorrego inició la vinculación con las provincias y Bustos se avino de inmediato a las relaciones amistosas, valiéndose de su sobrino, Francisco Ignacio Bustos; Córdoba resurgió como aglutinante federal de las provincias del interior; celebró con Buenos Aires un pacto público de unión para continuar la guerra con el Brasil, para el envío de diputados a Santa Fe o a San Lorenzo a una convención que nombraría un ejecutivo nacional provisional y echase las bases del Congreso constituyente que resultase de esa convención y fijase la forma de gobierno, que deberá ser, según el voto ya expresado de las provincias, la federal. 

Convenio Secreto

Pero realizó también un convenio secreto para exigir responsabilidades a los hombres que habían ejercido autoridad, especialmente a Alvear y a José Valentín Gómez. Manuel Moreno, encargado de las negociaciones con Córdoba, prometió la más severa vigilancia para impedir que saliesen del país José Valentín Gómez y Carlos de Alvear, como asimismo los demás que desempeñaron funciones en la administración anterior. El pacto secreto fue el arma principal que movió a los unitarios a la lucha contra Dorrego; se dio a conocer después del 19 de diciembre de 1828.

Fusilamiento

Además de Bernardino Rivadavia, Dorrego tenía otros enemigos internacionales: el embajador británico en el Río de la Plata, Lord Ponsomby, quien no toleraba la independencia y patriotismo del nuevo gobernador, como también el Emperador del Brasil y los descontentos con el resultado del tratado de paz con el país vecino. Ambos apoyaron la iniciativa de los unitarios de preparar un golpe contra el gobernador.

El golpe y fusilamiento se planeó en una reunión secreta, el domingo 30 de noviembre, en una casa en las inmediaciones de lo que hoy es Parque Lavalle en CABA. El historiador Mario “Pacho” O’Donnell reconstruye quienes fueron los mentores de la conspiración: Bernardino Rivadavia, encubierto en la figura de un representante francés a quien llamarían “Monsieur Verennes”, los generales Lavalle, Brown, Martín Rodríguez, el ministro Díaz Vélez y Larrea. Rivadavia, Agüero, Valentín Gómez, Carril, Ocampo y el general Cruz participaron de todas las reuniones secretas. Y Varela y Gallardo fueron los redactores de dos diarios incendiarios.

Los autores materiales de la orden fueron cuerpo de los antiguos combatientes de la guerra con el Brasil, encabezado por Juan Lavalle, a quien le prometieron la gobernación de Buenos Aires a cambio del favor.

Dorrego fue abandonado por sus partidarios federales y condenado por los unitarios. Los únicos dos dirigentes unitarios que pidieron por su vida fueron el ministro José Miguel Díaz Vélez y el gobernador delegado Guillermo Brown. Si bien no solicitó clemencia, el valiente coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid permaneció a su lado hasta momentos antes de su fusilamiento. Aunque no tuvo el valor para verlo morir, le entregó su propia chaqueta militar para su ejecución, y posteriormente entregaría a su viuda Ángela la que Dorrego había usado hasta la víspera, con dos emotivas cartas y algunos recuerdos para ella y sus hijas. En la carta que escribió a su esposa en que le expresaba:

Mi querida Angelita: En este momento me intiman que dentro de una hora debo morir. Ignoro por qué; más la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí. Mi vida: educa a esas amables criaturas. Sé feliz, ya que no lo has podido ser en compañía del desgraciado Manuel Dorrego.

Legó la mayor parte de sus bienes materiales al Estado. Escribió también a Estanislao López, a quien pidió que perdonara a sus perseguidores, para que su muerte no fuera causa de derramamiento de sangre. No obstante, su ejecución inició una larga guerra civil.

Sumaria y extrajudicialmente, Dorrego fue fusilado por orden de Lavalle en un corral a espaldas de la iglesia del pueblo de Navarro, el 13 de diciembre de 1828. Su cadáver fue enterrado por el religioso Juan José Castañer, que era el primo del infortunado condenado y a quien le asistió espiritualmente en sus últimos momentos.

 

 

 Libro de Texto