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Trabajo Práctico 4 “La Descolonización y El Tercer Mundo”

Trabajo Práctico 4 “La Descolonización y El Tercer Mundo”

Actividades de comprensión lectora

  1. Responde
    1. ¿Cuándo comenzó y por qué fue posible la descolonización?

 

  1. Define
    1. Negritud
    2. Panafricanismo
    3. Panislamismo

 

 

  1. Realiza un cuadro con la descolonización de Asia y África teniendo en cuenta: El año de descolonización, país del que se liberaron y si el proceso fue pacífico o violento. Luego ubica en el mapa
  1. 4. Ubica en una línea de tiempo la descolonización de África

1.       5. Responde

  1. ¿Cuándo aparece el término Tercer Mundo? ¿Siempre fue un sinónimo de "subdesarrollo"?
  2. ¿Qué países forman parte del Tercer Mundo?
  3. ¿Qué características tienen los países subdesarrollados?
  4. ¿Cuáles son las causas internas y externas del subdesarrollo?
  5. ¿Qué podría hacerse para salir del subdesarrollo?

 

 

 

 

Información para realizar las actividades

La descolonización es uno de los fenómenos más importantes del siglo XX, y la situación actual de los países que pasaron por ese proceso depende de su etapa como colonias y de la forma en la que se desarrolló esa descolonización.

Dentro del grupo de países que se denominaban tercer mundo, actualmente se pueden encontrar países en vías de desarrollo y ricos en recursos naturales.

Los factores que influyeron en el proceso de la descolonización son de muy diverso tipo y podemos destacar los siguientes:

 

1.     Internos:

a.     El sentimiento nacionalista. Las dos fuentes de los nacionalismos coloniales. Los pueblos de Asia y África, en efecto, se sintieron diferentes al estar en contacto con Europa: la toma de conciencia de todo lo que les diferenciaba de sus dominadores origina el retorno hacia su pasado, su cultura, sus tradiciones. Pero es Europa la que va a aportar la idea nacional. En las colonias las élites cultivadas, las minorías intelectuales, que han estudiado en la metrópoli, descubrirán su pertenencia a una realidad nacional mediante el contacto con los europeos.

b.     Bases ideológicas. Inicialmente, el nacionalismo colonial tomó en un principio su ideología motriz del liberalismo y la democracia; más tarde se fueron inspirando en el socialismo y después en el comunismo. La ósmosis entre movimientos nacionalistas e ideología comunista es muy desigual. En Vietnam fue total; en otros fue inexistente, no obstante, en casi todos los lados el nacionalismo del siglo XIX se impregna de preocupaciones económicas, de aspiraciones sociales y se anima a las colonias a convertirse en dueñas de sus recursos naturales y nacionalizar sus riquezas. Las ideas de libertad e independencia.

c.    Factores sociológicos como el aumento de la población.

2.     Externos.

a.     La actitud anticolonial de EE.UU. y de la URSS. Los dos grandes vencedores en 1945, tanto uno como el otro basaban esta actitud en dos corrientes de pensamiento universalista, el liberalismo democrático y el marxismo, distintas y contrapuestas en muchos de sus puntos fundamentales, pero con una similitud teórica ante el problema descolonizador. En ambos se está, por tanto, a favor de la independencia.

b.     Los conflictos bélicos como la I y la II Guerra Mundial. La movilización de hombres y recursos económicos de las colonias en la I Guerra Mundial se acentúa en la II y prestigia la colaboración de estos pueblos que, en compensación, van a solicitar un mayor grado de libertad a sus metrópolis, o bien, abiertamente, la independencia.

En algunos sitios, los pueblos sometidos vieron la debilidad de los europeos, en Asia, por ejemplo, los franceses fueron rápidamente sustituidos por los japoneses. En esa zona del sudeste de Asia, los grupos de resistencia contra Japón fueron una escuela para la formación de guerrillas, que no estaban dispuestas a volver al colonialismo una vez liberado el territorio de los ocupantes japoneses.

c.     La acción de la ONU En 1945, la Carta Fundacional de las Naciones Unidas proclamó la igualdad de todos los pueblos y el reconocimiento del derecho de autodeterminación. La ONU se comprometía así desde sus comienzos en una política descolonizadora que evolucionó desde unas primeras formulaciones de compromiso a favor del proceso descolonizador.

d.     El papel de la Iglesia y de la opinión pública europea. La Iglesia se va a mostrar desde el principio favorable a la independencia de estos pueblos, esto se pondrá de manifiesto en dos encíclicas papales: la Pacem in Terris de Juan XXIII en 1963, y la Populorum progressio de Pablo VI en 1967. Los misioneros cristianos desarrollarán un importante papel a favor de la independencia de estos pueblos. Del mismo modo amplios sectores de la opinión pública de los países colonizadores, con los intelectuales a la cabeza, adoptaron posiciones anticolonialistas.

e.     La solidaridad de los países descolonizados con los colonizados: la Conferencia de Bandung.  El movimiento de solidaridad entre los pueblos colonizados se manifestó por primera vez de un modo claro y concreto en la Conferencia de Bandung, celebrada en esa ciudad de Indonesia en 1955. En ella participaron 29 naciones afroasiáticas con ideologías muy diferentes e, incluso, enfrentadas en algunas cuestiones; sin embargo, hubo varios acuerdos unánimes, entre ellos, los que reafirmaron el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, la soberanía y la igualdad de todas las naciones, la condena a toda discriminación racial y el rechazo a toda intervención extranjera en los asuntos internos de un Estado. A nivel internacional se mostraron partidarios de la no alineación en ninguno de los dos bloques enfrentados en la Guerra Fría. Surgía así el Movimiento de los Países No Alineados, es decir, una alternativa de estos pueblos a escapar del encuadramiento en los dos bloques.

No obstante, los factores que influyeron en cada país son diferentes debido a la situación histórica y económica de cada uno.

Proceso de emancipación de África

Las colonias surgen de las grandes exploraciones que fueron llevadas a cabo por parte de los europeos sobre el continente africano entre los siglos XVIII y XIX, con la intención de descubrir su posesión de recursos minerales y fluviales; debido a esto, es donde se asienta el proceso de invasión, ocupación de tierras y por supuesto, de colonización. Tras terminar las exploraciones, y de encontrar diferencias y disputas internas en el territorio; los colonizadores europeos decidieron reunirse en Berlín, con el objetivo de poder llegar a unos acuerdos y elaborar estrategias para lograr superar sus rivalidades y enemistades en el territorio africano: así se efectuó la Conferencia de Berlín (1884/1885). En esta Conferencia, en donde África no contó con ningún representante, se repartió el territorio africano entre los países que asistieron, así mismo, las decisiones que se tomaron acerca del futuro de África no se tuvieron en cuenta ninguna consideración a los intereses de las sociedades africanas, ni tampoco a sus características sociales, culturales, económicas y políticas.

Como señalamos anteriormente, el proceso de liberación de los países africanos de la metrópoli tuvo una duración muy amplia, debido a distintos factores, los cuales podemos dividirlos en factores internos y externos. Los factores internos en un principio fueron aquellos relacionados con las resistencias locales al régimen europeo, comandadas por grandes líderes, como Sheik Ahmadou Bamba, que fueron avivando el sentimiento de independencia; luego tuvieron gran relevancia la formación de  élites, partidos políticos, sindicatos, asociaciones estudiantiles, asociaciones de mujeres y grupos guerrilleros y las creencias religiosas, donde destacan la Religiones Tradicionales Africanas (como el Vodú), las iglesias no católicas (como el kibanguismo) y el Islam. Los factores externos están ligados a los encuentros entre los miembros del continente, donde se trataron la integridad africana, el panafricanismo y la independencia, estos se reflejaron en los eventos más importantes, los cuales fueron la conferencia de Accra, la Conferencia de Bandung, el Grupo de Casablanca y La Tricontinental. Ambos factores dieron lugar a los movimientos independentistas en todo el continente.

 

Gracias a todo esto, los grupos independentistas empezaron a configurar la idea de un estado moderno africano, donde se priorizaron los intereses nacionales y personales (de las élites). Ante esta situación, los belgas, británicos y franceses tuvieron que ceder debido a las movilizaciones populares que se daban en los sectores rurales y la presión por parte de las élites, por lo que empezaron a buscar a los grupos más confiables que se hicieran cargo del país para poder seguir teniendo relaciones políticas y económicas, como es el caso de la independencia de Ghana en 1957, en manos de Nkrumah, quien era el más confiable para la metrópoli. Pero hubo otros casos en donde la metrópoli resistió y generó una guerra colonial hasta la independización, como es el caso de la resistencia portuguesa ante la cesión de territorios a los pueblos de sus colonias, que finalizó en los 70’ con la independencia de cada uno de los países. De esta manera, se fueron dando sucesivamente la aparición de nuevos estados en África.

Aun así, las poblaciones africanas no quedaron satisfechas con el surgimiento de los estados africanos, porque estos estados nacieron en base de la división que habían hecho los europeos, quienes no tuvieron en cuenta las poblaciones que vivían allí, dejando a la población diezmada y con grandes conflictos internos que no se pudieron resolver, generando así guerras civiles, inestabilidad e infinitos problemas en cada uno de los países.  Un claro ejemplo de inestabilidad post independencia lo podemos visualizar en Angola quien, al independizarse del control portugués en 1974, quedo con un vacío de poder debido a la gran disputa que había entre los tres grupos guerrilleros, El MPLA comunista, el FNLA nacionalista y la UNITA de la etnia ovimbundu, que habían luchado en contra de Portugal anteriormente. Los tres grupos buscaban hacerse con el control del gobierno angoleño, en una guerra donde también se vieron involucrados países como EEUU, la URSS o Sudáfrica, que apoyaban económica y militarmente a los grupos que favorecían, dando así una guerra que llegó a su fin en 2002, con la muerte del líder del grupo UNITA.

 

Hoy en día África continúa marcada por problemas, guerras y conflictos, que afecta directamente a su población. Tal es el caso del Darfur en Sudán, la guerra civil del Congo y el conflicto de Zimbabwe.

Las independencias en la región del Magreb

El Magreb es la región más occidental del mundo árabe, y ocupa el África noroccidental: la conforman Marruecos, Argelia y Túnez, aunque también se suele incluir a Libia. Estos territorios fueron colonias francesas, con la excepción de la franja norte de Marruecos (que fue protectorado español) y Libia (que fue colonia italiana).

Libia se independizó en 1951 luego de la derrota italiana en la Segunda Guerra Mundial, y tras un breve período de administración anglofrancesa entre 1947 y 1951. La descolonización de Marruecos y Túnez fue negociada y relativamente pacífica, aunque no faltaron los episodios violentos. En Argelia se desató una guerra de independencia que se extendió hasta 1962.

La independencia de Túnez y Marruecos

En Túnez, Habib Burguiba, una de las principales figuras del nacionalismo árabe y líder del partido Neo-Destur (Nueva Constitución), inició negociaciones con el gobierno francés luego de la Segunda Guerra Mundial para alcanzar la independencia. 

Sin embargo, estas negociaciones fueron interrumpidas por Francia en 1951 y, luego de que estallara una lucha armada, el movimiento de Burguiba consiguió que Francia reconociera la independencia tunecina en 1956.

En Marruecos, el partido Istiqlal (Partido de la Independencia) intentó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial conseguir la independencia bajo la soberanía del sultán Mohamed ben Youssef, quien gobernaba bajo la administración francesa. La tensión entre los independentistas y el gobierno francés estalló con graves disturbios y represión en Casablanca en 1952.

La respuesta francesa fue deportar al sultán a Madagascar, lo que provocó una insurrección general (1954-1955). Finalmente, los franceses tuvieron que ceder: el sultán, que pronto se convirtió en rey Mohamed V, retornó triunfalmente en noviembre de 1955 y el reino de Marruecos alcanzó la independencia el 2 de marzo de 1956.

El gobierno de España no puso ningún impedimento al reconocimiento de la independencia de la zona norte de Marruecos, que era un protectorado español, y cedió a las nuevas autoridades marroquíes el control del conjunto del territorio.

Por otro lado, en 1975 el gobierno español cedió precipitadamente el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, un proceso que no contó con la aprobación de la población saharaui. En 1979, Mauritania renunció a sus pretensiones territoriales y, desde entonces, Marruecos ocupa la mayor parte del Sahara Occidental.

La independencia de Argelia

El proceso de independencia en Argelia constituyó uno de los episodios más sangrientos del proceso descolonizador. La presencia de una fuerte minoría europea llevó a que el gobierno de Francia se negara a aceptar las demandas nacionalistas.

La guerra de Argelia (1954-1962) fue un episodio traumático tanto para la metrópoli como para la colonia. El enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional argelino (FLN) y el ejército francés provocó la muerte de casi medio millón de argelinos musulmanes y veinticinco mil soldados franceses.

La gravedad de la situación llevó a Francia al borde de una guerra civil. La vuelta al poder de Charles de Gaulle en 1958, quien impulsó una nueva constitución que fundó la Quinta República, evitó que estallara el conflicto.

De Gaulle llegó al poder como abanderado de la defensa de la "Argelia francesa", pero tuvo que ceder e iniciar negociaciones con el FLN. Los “Acuerdos de Evian” (como resultado de las negociaciones) abrieron el camino a la retirada de los franceses de Argelia y a la proclamación de la independencia, que tuvo lugar en julio de 1962.

La emancipación en el África subsahariana

En el África subsahariana, que hasta la Segunda Guerra Mundial estaba en su práctica totalidad bajo el dominio de los imperios europeos, las metrópolis aceptaron sin grandes problemas otorgar la independencia a sus colonias, proceso que comenzó a concretarse a fines de la década de 1950.

La escasa población europea asentada en estos países y la nueva situación internacional marcada por los triunfos independentistas en Asia explican en gran medida que el proceso de descolonización haya sido rápido en estas regiones, aunque también hubo algunos episodios de violencia y enfrentamiento.

La descolonización del África anglófona

En el África británica, si bien Sudán se independizó del condominio anglo-egipcio en 1956, la figura pionera fue Kwane Nkrumah, quien lideró el proceso de emancipación de Ghana (antes Costa de Oro británica) y llevó a la independencia en 1957.

Las demás colonias británicas se independizaron en la década de 1960, en general de forma pacífica, pero en algunos casos, luego de atravesar períodos de violencia, como la revuelta de Mau Mau en Kenia contra los colonos y la administración británica, que comenzó en 1952 y fue derrotada en 1960 (la independencia de Kenia fue finalmente reconocida en 1963).

Un caso particular fue el de Rodesia del Sur, un territorio rico en minerales, en el que los colonos de ascendencia europea declararon unilateralmente la independencia en 1965 (aunque no fue reconocida por ningún estado) y establecieron un régimen de apartheid, comparable al régimen de segregación racial que estaba vigente en Sudáfrica. En 1979 fueron despojados del poder y la corona británica recuperó su control para conducir un proceso de independencia legítimo que se concretó en 1980 y dio origen a la República de Zimbabue.

La descolonización del África francófona

En el África francesa se destacó la figura de Sedar Senghor, dirigente nacionalista senegalés que impulsó el movimiento que llevó a la independencia de Senegal en 1960. En esos años, el gobierno francés había constituido la Comunidad Francesa (1958-1960), un intento de agrupar a las colonias francesas que había contado con el rechazo de Guinea (que se independizó en 1958).

Las colonias que integraban la Comunidad Francesa siguieron el ejemplo de Senegal y se fueron independizando una tras otra en 1960, por lo que la comunidad dejó de funcionar (aunque legalmente siguió existiendo hasta 1995).

En el Congo belga la descolonización fue más traumática. Una vez alcanzada la independencia en 1960 por la iniciativa del líder nacionalista Patrice Lumumba, este asumió como primer ministro de la República Democrática del Congo. Sin embargo, la rica provincia minera de Katanga proclamó su independencia, dirigida por el empresario y político congoleño Moise Tshombe y con el apoyo de colonos belgas.

Durante el conflicto, conocido como “crisis del Congo”, se sucedieron hechos de violencia y Lumumba fue encarcelado por su propio comandante en jefe del ejército, el general Mobutu. Lumumba fue asesinado en 1961 y Mobutu asumió en 1965 la presidencia del país, que entre 1971 y 1997 se llamó República del Zaire. Con la ayuda de los “cascos azules” de la ONU consiguió reintegrar la provincia de Katanga al país.

La descolonización del África española y portuguesa

La Guinea Española obtuvo su independencia de España en 1968 tras un referéndum supervisado por la ONU y la OUA (Organización para la Unidad Africana) que dio origen a la actual República de Guinea Ecuatorial.

La última etapa de la descolonización en África correspondió a las colonias portuguesas, como Angola, Mozambique y Guinea-Bissau. La independencia de estas colonias se produjo entre 1974 y 1975, luego de más de diez años de lucha armada, y fue precipitada por la caída de la dictadura en Portugal tras la Revolución de los Claveles de 1974.

El apartheid en Sudáfrica

Sudáfrica es un caso particular en la colonización europea de África. En el siglo XVII, neerlandeses de profundas convicciones calvinistas se asentaron en torno a la Ciudad del Cabo. Esta población pasó a ser conocida como afrikáner y su lengua neerlandesa derivó en la lengua afrikáans. A partir del siglo XVIII, pese a la resistencia de los afrikáners, Sudáfrica fue cayendo bajo el dominio británico.

En 1931, Sudáfrica alcanzó la independencia como dominio de la Commonwealth (Mancomunidad) británica, y en 1948 ganó las elecciones el Partido Nacional, que representaba a un sector radicalizado de la minoría afrikáner y proponía la segregación racial. Deseosos de mantener el control “blanco” y preocupados por el aumento de la población “negra”, los dirigentes del Partido Nacional implementaron el régimen del apartheid (“separación” en afrikáans).

Con el apartheid la población quedó dividida según su ascendencia y color de piel, se prohibieron los matrimonios interétnicos, se establecieron instalaciones (escuelas, lavabos, playas, autobuses, hospitales) segregados por “raza”, se prohibió el ejercicio de los derechos políticos a la mayoría negra y se consolidó una diferencia económica entre un sector privilegiado de la sociedad (población blanca) y un sector empobrecido (población negra).

La resistencia contra el apartheid se organizó en torno al Congreso Nacional Africano, con Nelson Mandela como figura carismática. Tras pasar veintiocho años en la cárcel, Mandela fue liberado en 1990. El apartheid fue abolido entre 1990 y 1992, y se inició una transición negociada que llevó a que en 1994 se celebraran las primeras elecciones libres y universales (sin discriminación racial) en el país. Debido al triunfo del Congreso Nacional Africano, Mandela asumió como presidente de la República de Sudáfrica.

Consecuencias de la descolonización en África

Entre las principales consecuencias de la descolonización en África se cuentan:

·         La emancipación política de los estados africanos respecto a las antiguas metrópolis coloniales. En algunos casos, sin embargo, siguieron vinculados con los países europeos o con las potencias surgidas en la Guerra Fría mediante relaciones de cooperación o de subordinación económica (fenómeno llamado neocolonialismo).

·         La inestabilidad política. El impacto de la Guerra Fría, junto con a frecuente incompatibilidad entre las fronteras nacionales heredadas de los imperios coloniales y las identidades (étnicas, tribales o religiosas) de la población profundizaron la crisis política. Además, la debilidad de las instituciones democráticas y la intervención de intereses económicos extranjeros (por ejemplo, empresas multinacionales interesadas en la extracción de recursos naturales) llevaron a verdaderas guerras civiles (como la que vivió Nigeria entre 1967 y 1970), secesiones o anexiones de territorio, cruentas dictaduras (como la de Idi Amin en Uganda) e incluso grandes masacres (como el genocidio en Ruanda en 1994).

·         Las dificultades económicas. La creciente globalización reducía a la mayoría de los estados del continente a la categoría de países dependientes o “subdesarrollados”, mientras se incrementaba la población local y crecía la pobreza. Esto, sumado a los conflictos políticos y militares, así como a la explotación de recursos por parte de empresas multinacionales, provocó importantes crisis humanitarias.

·         La formación de organismos para la defensa de los intereses de los nuevos estados. El Movimiento de Países No Alineados fue un organismo impulsado por figuras como Gamal Abdel Nasser de Egipto y otros líderes del llamado Tercer Mundo, que buscaba contrarrestar la hegemonía de las dos superpotencias de la Guerra Fría (Estados Unidos y la Unión Soviética). La Organización para la Unidad Africana (OUA), por otro lado, se formó en 1963 con la intención de alentar la cooperación política y económica entre las naciones africanas, así como evitar los conflictos fronterizos y secesionistas que ocasionaban guerras civiles, aunque en la práctica su efectividad fue muy limitada.

Descolonización en Asia

La descolonización en Asia fue un proceso que llevó a la independencia de las antiguas colonias europeas en el continente asiático. La mayoría de las independencias se produjeron luego de la Segunda Guerra Mundial, especialmente a fines de la década de 1940 y durante las décadas de 1950 y 1960.

La descolonización se debió al impulso de los movimientos nacionalistas de las colonias asiáticas, cuyos líderes a menudo recibieron una educación occidental. Estos movimientos fueron muy activos desde la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y ampliaron su presión independentista luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando Francia y Gran Bretaña demostraron que no eran potencias invencibles.

Los primeros territorios asiáticos que se emanciparon luego de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, fueron los que habían sido ocupados por los japoneses entre 1941 y 1942, aunque su consolidación y reconocimiento tomó algunos años. 

En Medio Oriente, las independencias comenzaron en 1946 (con la excepción de Irak que la obtuvo en 1932), y la principal colonia británica (la India) se independizó en 1947. Las demás posesiones europeas en Asia fueron accediendo a la independencia en un proceso que, en algunos casos (como el de Indochina), se vinculó con los conflictos de la Guerra Fría.

El enfrentamiento cada vez más profundo entre los movimientos afines al comunismo (apoyados por la Unión Soviética o por la China comunista) y los alineados con el capitalismo occidental (apoyados por Estados Unidos).

Causas de la descolonización en Asia

·         El mantenimiento de los imperios coloniales con presencia en Asia y África (británico, francés, neerlandés, español y portugués) comenzó a hacerse insostenible luego de la Segunda Guerra Mundial. Los gobiernos europeos debieron acceder a las reivindicaciones de los movimientos independentistas por una serie de razones:

·         Los movimientos nacionalistas, generalmente dirigidos por líderes formados con ideas occidentales de libertad e independencia, intensificaron sus reclamos debido al desprestigio que habían sufrido los gobiernos europeos durante la guerra (como Francia y Reino Unido, que dependieron de la intervención de Estados Unidos y la Unión Soviética para vencer a la Alemania nazi)

·         Las reivindicaciones independentistas ganaron legitimidad debido a la participación de algunas tropas coloniales en los ejércitos aliados durante la guerra (como las fuerzas indias en el ejército británico).

·         La debilidad económica que atravesaba Europa tras la devastación de la guerra provocó que las naciones europeas concentraran sus esfuerzos en su propia reconstrucción interna.

·         Las dos superpotencias que surgieron de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos y la Unión Soviética) se mostraron contrarias al antiguo orden colonial europeo, y la ONU (Organización de las Naciones Unidas) alentó el fin del colonialismo. Esta situación generó, por otro lado, que algunas luchas por la independencia se vincularan con la Guerra Fría, es decir, que fueran libradas por movimientos afines al comunismo (apoyados por la Unión Soviética o por la China comunista) o alineados con el capitalismo occidental (apoyados por Estados Unidos).

Aun así, las negociaciones para llegar a la independencia no estuvieron exentas de episodios de violencia y en ocasiones dieron lugar a encarnizadas guerras. De todos modos, el proceso fue bastante rápido y, en la década del sesenta, la mayor parte de las colonias había accedido a la independencia. Decenas de nuevos estados se unieron así a la comunidad internacional.

La independencia y partición de la India

El movimiento nacionalista indio

 

El movimiento nacionalista de la India fue uno de los más antiguos. A partir de 1885 fue organizado en torno al Partido del Congreso y, luego de la Primera Guerra Mundial, liderado por Mahatma Gandhi, defensor de la no violencia, que había realizado estudios universitarios en Inglaterra.

Junto a su discípulo y luego principal líder político del movimiento, Jawāharlāl Nehru, Gandhi reclamó insistentemente la independencia de la India respecto al Imperio británico, incluso antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial, cuando promovió el movimiento Quit India (Abandonen la India) en 1942, que provocó que Gandhi, Nehru y otros militantes nacionalistas fueran encarcelados por los británicos.

La difícil situación económica de Europa tras la Segunda Guerra Mundial y la victoria del Partido Laborista en el Reino Unido en 1945 (que llevó a su líder, Clement Attlee, al cargo de primer ministro) facilitaron las negociaciones con los nacionalistas indios que se iniciaron ese mismo año. Sin embargo, surgieron dos posturas enfrentadas: Gandhi y Nehru defendieron el mantenimiento de un único estado multirreligioso, mientras que el líder de la Liga Musulmana, Muhammad Ali Jinnah, planteó la partición de la colonia en dos estados, uno hindú y otro musulmán.

Tras una serie de violentos disturbios (1946-1947), Nehru finalmente aceptó la partición. El resultado fue el nacimiento, el 15 de agosto de 1947, de dos estados independientes: la Unión de la India (luego República de la India), de mayoría hindú y dirigida por el Partido del Congreso de Nehru, y Pakistán (luego República Islámica de Pakistán), de mayoría musulmana.

Las transferencias de población hindú y musulmana a través de las fronteras durante el proceso de partición provocaron hechos de violencia con un saldo de miles de muertos. En adelante, India y Pakistán entablaron un conflicto que continúa en el siglo XXI.

La República de la India

Luego de la independencia, la India, el segundo país más poblado del planeta, se convirtió en “la mayor democracia del mundo” (es decir, el régimen democrático con la mayor población en el mundo). La constitución de 1950 proclamó una república federal con libertades políticas y derecho de voto para toda la población adulta. 

Además, Nehru fue uno de los impulsores del Movimiento de Países No Alineados (junto con Nasser, de Egipto, y Sukarno, de Indonesia), que pretendía defender los intereses de los países descolonizados del Tercer Mundo en el contexto de la Guerra Fría.

El Partido del Congreso, cuya dirección quedó en manos de Nehru y, luego, de su familia, gobernó desde la independencia hasta la década del noventa. A Jawāharlāl Nehru lo sucedió como primer ministro su hija Indira Gandhi (1966-1977 y 1980-1984) y, tras el asesinato de esta, su nieto Rajiv Gandhi (1984-1989).

Nehru implementó una economía controlada por el estado, cuyos resultados supusieron un crecimiento en torno al 3 % del PIB, que apenas compensaba el poderoso crecimiento demográfico. 

La situación de estancamiento económico y pobreza, sumada a ciertos actos de corrupción atribuidos al gobierno de Rajiv Gandhi, provocó la alternancia política en los noventa, con la derrota electoral del Partido del Congreso y la aplicación de reformas económicas liberalizadoras (algunas de ellas implementadas por el propio Partido del Congreso) que elevaron las tasas de crecimiento.

La independencia de Indonesia

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Imperio de Japón derrotó y desalojó a los neerlandeses de su colonia en Indonesia (llamada en ese entonces Indias Orientales Neerlandesas) en 1942. En este contexto cobró vigor el movimiento nacionalista dirigido por el revolucionario indonesio Sukarno, quien se había educado en institutos neerlandeses en la colonia y había sido enviado al exilio por su agitación anticolonial.

Con la llegada de las tropas japonesas en 1942, Sukarno fue liberado de su exilio. Tres años después, cuando dichas tropas se rindieron a los aliados, los nacionalistas indonesios proclamaron la independencia del país el 17 de agosto de 1945.

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de los Países Bajos intentó dos veces retomar el control del archipiélago por la fuerza, en 1947 y 1948. A la resistencia indonesia se sumaron las presiones de la ONU y Estados Unidos (el gobierno estadounidense llegó a amenazar con retirar a los Países Bajos la ayuda del Plan Marshall, un programa de asistencia para la recuperación económica de los países europeos tras la devastación de la guerra).

Esta situación llevó, a fines de 1949, a que Indonesia alcanzara su independencia bajo la presidencia de Sukarno, reconocida por el gobierno neerlandés. Indonesia se constituyó en una república democrática, pero durante la década del cincuenta se vio afectada por la inestabilidad política, lo que dio lugar a un modelo de gobierno autoritario que encabezó Sukarno con el nombre de “democracia dirigida”. En 1967 Sukarno fue derrocado y reemplazado por el general Suharto, quien gobernó Indonesia hasta 1998.

Las guerras de Indochina y Corea

Indochina (Vietnam, Laos y Camboya) formó parte del Imperio francés desde la segunda mitad del siglo XIX. Corea cayó bajo el control japonés en 1907, oficialmente anexada al Imperio de Japón en 1910. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el proceso descolonizador en ambos países se confundió con los conflictos de la Guerra Fría.

El líder del Viet Minh (guerrilla nacionalista y comunista de Vietnam), Ho Chi Minh, proclamó la independencia de Vietnam en septiembre de 1945 y esto provocó una guerra con el ejército francés entre 1946 y 1954. Con el apoyo de la China comunista, el Viet Minh logró derrotar a los franceses, que fueron definitivamente vencidos en la batalla de Dien Bien Phu (1954).

El resultado de la guerra de Indochina fue la firma de los Acuerdos de Ginebra, que acordaron la independencia de Laos y Camboya y la partición de Vietnam en dos estados: Vietnam del Norte (comunista), gobernado por Ho Chi Minh, y Vietnam del Sur (pro-occidental), que en adelante fue apoyado por Estados Unidos.

A partir de 1955 estalló una nueva guerra entre el norte y el sur, en la que Estados Unidos se involucró cada vez más: primero envió asesores y luego tropas para contrarrestar el avance del comunismo en la región. El resultado de la guerra de Vietnam fue el triunfo de los comunistas en 1975 y la unificación de Vietnam bajo un solo gobierno socialista.

En Corea, la derrota japonesa de 1945 provocó la división de Corea en dos áreas, la septentrional bajo influencia de la Unión Soviética y la meridional bajo influencia de Estados Unidos. Pero la invasión del sur por parte del gobierno de Corea del Norte en 1950 provocó una guerra que duró hasta 1953. Las tropas estadounidenses se involucraron apoyando a Corea del Sur, mientras la Unión Soviética y China apoyaron a Corea del Norte. El resultado fue un armisticio que ratificó la separación entre dos estados.

Los tigres asiáticos

La descolonización de los “tigres asiáticos”

Dos pequeños países (Corea del Sur y Taiwán) y dos ciudades (Singapur y Hong Kong) protagonizaron un importante desarrollo económico desde principios de los años sesenta. Corea del Sur se constituyó como república independiente en 1948, aunque debió atravesar la guerra de Corea entre 1950 y 1953.

Taiwán se independizó del Imperio del Japón en 1945 y pasó a formar parte de la República de China. Sin embargo, tras la derrota del ejército nacionalista del Kuomintang frente a las tropas comunistas dirigidas por Mao Zedong en 1949, el Partido Comunista Chino instauró la República Popular China y los nacionalistas se replegaron en Taiwán, donde establecieron su propia república.

Singapur era una colonia británica que quedó en manos de los japoneses en 1942 y volvió al control británico en 1945. Obtuvo su independencia en 1963 al integrarse en la Federación de Malasia, y en 1965 se separó de dicha federación para constituirse como República de Singapur.

Hong Kong era una colonia británica que fue ocupada por Japón en 1941 y recuperada por el Reino Unido en 1945, hasta que fue cedida a la República Popular China en 1997. Desde entonces es una región administrativa especial que está bajo soberanía china pero tiene un importante grado de autonomía.

Economía y política de los “tigres asiáticos”

A excepción de Hong Kong, el crecimiento económico de estas regiones a partir de la década de 1960 se basó en una rápida industrialización que combinó la intervención estatal, el espíritu empresarial, el fomento de la exportación, la alta productividad, la abundancia de mano de obra y un alto nivel de ahorro de la población.

Estos territorios abandonaron la condición de países subdesarrollados y pasaron a pertenecer a la nómina de países industrializados, por lo que fueron conocidos como los cuatro “tigres asiáticos”. El desarrollo económico no se correspondió con una democratización de los sistemas políticos.

En Corea del Sur, aunque formalmente era una república, gobernó una dictadura encabezada por el general Park Chung-hee entre 1961 y 1979, que se prolongó hasta 1987 (cuando se reformó la Constitución). En Taiwán, el general Chiang Kai-chek gobernó como presidente hasta 1975, por lo que algunos lo caracterizan como un dictador. Recién en 1992 se celebraron las primeras elecciones libres en la isla.

Singapur fue gobernado autoritariamente desde antes de la independencia en 1965 y hasta 1990 por el político Lee Kuan-yew, y Hong Kong dejó de ser colonia británica recién en 1997.

Las independencias en Medio Oriente

En el período de entreguerras, el Reino Unido reconoció la independencia de algunos países árabes, como Egipto (en África) e Irak (en Asia). En 1946, luego de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron lugar las independencias en los territorios del Levante mediterráneo que habían estado bajo la autoridad del Reino Unido y Francia: Siria, Transjordania (luego Jordania) y Líbano.

El Mandato Británico de Palestina concluyó en mayo de 1948 con la creación del Estado de Israel. Previamente se habían producido conflictos entre las poblaciones judías y musulmanas de la región, lo que llevó a la ONU a aprobar en 1947 un plan de división del territorio entre un estado judío y un estado árabe.

Una vez proclamada la independencia del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, una coalición árabe (Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Irak) invadió el territorio del nuevo estado y así comenzó la primera guerra árabe-israelí que concluyó en julio de 1949 con la victoria israelí. Este resultado consolidó la posición del Estado de Israel, que continuó recibiendo inmigrantes judíos mientras miles de palestinos se convirtieron en refugiados, pero no detuvo los conflictos árabe-israelíes en la región, que continúan en el siglo XXI.

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La descolonización en otros países de Asia

Otros países que se independizaron durante el proceso de descolonización en Asia fueron:

Filipinas (1946), que había sido colonizada por Estados Unidos.

Birmania (1948), que había sido colonia británica.

Sri Lanka (1948), llamada Ceilán durante el dominio británico.

Malasia (1963), que estaba conformada por antiguas colonias británicas.

Timor oriental (1975), colonia portuguesa que luego de la independencia fue ocupada por Indonesia, hasta que se reconoció nuevamente su independencia en 2002.

 

El Tercer Mundo

 

Es el conjunto de países menos desarrollados y se sitúan, con muy pocas excepciones, en el sur del planeta, por eso con frecuencia se habla del diálogo norte-sur como algo necesario, el norte representa a los países desarrollados. Para medir el grado de desarrollo de un país se usan determinados índices de referencia: número de hospitales y número de camas por cada mil habitantes; en educación el número de escuelas, de maestros y de población escolarizada; en alimentación el número de calorías consumidas... y un largo etcétera de indicadores socioeconómicos.

El mundo subdesarrollado, donde indudablemente también existen categorías y escalas, ha recibido denominaciones diversas, aunque la que ha alcanzado un mayor consenso ha sido la creada por el demógrafo francés Alfred Sauvy en 1952 de Tercer Mundo, por oposición al mundo desarrollado capitalista y a su análogo socialista. En la actualidad Tercer Mundo y tercermundista son sinónimos de grado de desarrollo inferior al de los países industrializados del norte; el conjunto de países que entraría en esta definición reúnen una serie de características: una renta per cápita baja, bajo consumo de energía por habitante, falta de alimentos, alto índice de crecimiento demográfico, alto porcentaje de analfabetismo, atraso tecnológico, grandes diferencias internas de riquezas, existencias de una “economía dual”, es decir, persistencia de una economía de subsistencia mientras se desarrolla una economía de mercado bajo el control de la antigua metrópoli u otro país desarrollado. Así los nuevos países corren el peligro de pasar de un colonialismo a un neocolonialismo. Existe, sin duda, un submundo dentro del Tercer Mundo y un mundo desarrollado dentro del subdesarrollado. Los países subdesarrollados los encontramos en el África Negra, en Asia y en América. Ahora bien no todos los países son iguales, las diferencias entre ellos son enormes y no todos tienen las mismas posibilidades de salir del subdesarrollo.

 

Los dos problemas más importantes de estos países son el subdesarrollo económico y la superpoblación, los dos están íntimamente ligados y las posibles alternativas estarán en paliar estos dos problemas.